Reconciliación o ruptura

El sector del PP asturiano que apoya a Sergio Marqués frente a la dirección del partido, en el tenso pulso que mantienen desde hace nueve meses, ha decidido paralizar, al menos de momento, el chorreo de bajas en el partido que había empezado a producirse en diversos municipios en protesta por la política de acoso y derribo a Marqués.

Esta última posición la han defendido fundamentalmente los 12 alcaldes populares que vienen prestando respaldo al Gobierno del Principado. El propio Marqués también es partidario de ralentizar el proceso frente a otros grupos, tendentes a la ruptura con el PP.

Marqués y los mencionados regidores creen que debe seguir intentándose la reconciliación antes de precipitar un rompimiento de carácter irreversible. Consideran que todavía hay margen para conseguir la celebración de un congreso extraordinario del partido, una pretensión que demandan desde hace meses y a la que la dirección se ha negado. Se trataría de consumir todos los plazos antes de concretar la escisión.

Por el contrario, otros sectores que apoyan a Marqués se manifiestan abiertamente inclinados a romper ya los vínculos con el PP, al opinar que están agotadas las vías de entendimiento, y acelerar la constitución de una nueva fuerza, de centro derecha y regionalista.

Al respecto, la direccion del PP asturiano presentó ayer a su Comité Ejecutivo un documento en el que afirma que la hipotética creación de un nuevo partido en el entorno de Marqués responde al intento de éste de "chantajear al PP para que ceda a sus exigencias".

Según ese texto, que fue aprobado por asentimiento y sin críticas, la causa de la crisis ha sido "la ambición desmesurada de Marqués, que, tras la victoria electoral del PP, quiso ejercer un poder absoluto" frente "a la prudencia, el diálogo y las llamadas a las coordinación formuladas desde el partido".