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La oposición pide la devolución de los presupuestos por "irreales"

Los tres grupos de la oposición parlamentaria, PSPV, Esquerra Unida-Els Verds y Nova Esquerra, presentaron ayer sendas enmiendas a la totalidad al proyecto de ley de presupuestos en las que solicitan la devolución al Consell de las cuentas para 1999 por "irreales". Portavoces de los tres grupos coincidieron al denunciar que los ingresos están "hinchados" de manera ficticia para poder aumentar la partida de gastos y atender formalmente los más diversos compromisos de tinte "electoralista". Víctor Fuentes, portavoz socialista, advirtió que los presupuestos para 1999 parten de supuestos excesivamente "optimistas" y advirtió que la "historia" acumulada por José Luis Olivas al frente de la Consejería de Economía y Hacienda está a punto de colapsar la Administración. Fuentes recordó que Olivas ha llegado a rozar el límite legal de endeudamiento a corto plazo, fijado en el 20% del presupuesto, hecho que provoca enormes cargas financieras y tensiones de tesorería. "No ha dejado de usar todas las excepciones que permite el presupuesto para endeudarse", comentó el portavoz socialista en alusión a pagos aplazados y obligaciones asumidas por diverssas empresas públicas. También aseguró que el crecimiento de los ingresos por impuestos directos e indirectos que gestiona la Generalitat, entre el 9 y el 11%, prueba que los ciudadanos valencianos pagarán más impuestos durante el próximo ejercicio. Pasqual Mollà, de EU-EV, denunció el volumen de fondos destinados a servicios transferidos a empresas privadas, mientras que Pedro Zamora, de Nova Esquerra, reiteró que los números están dibujados para la campaña electoral, no para los intereses reales de los valencianos. Fernando Castelló, portavoz popular, desestimó de un plumazo las críticas de la oposición: "Nos importa relativamente lo que digan, porque lo realmente importante es lo que digan los ciudadanos. Castelló optó por el ruido y acusó a la oposición de "falta de imaginación" y de mostrar un "encefalograma plano". Fraude social El plan gerontológico presentado por Marcela Miró, consejera de Bienestar Social, como una revolución en la atención pública a las personas mayores con un compromiso de gasto de 30.000 millones en los próximos cinco años fue contrastado por la socialista Lourdes Alonso con las cuentas elaboradas por Olivas. Alonso advirtió que la dotación prevista para 1999 asciende a 129 millones - 99 para vacaciones de ancianos y 30 para la acogida de mayores en familias-, muy por debajo de los 1.600 anunciados por Miró para el próximo ejercicio. Y aseguró que el "denominado" plan gerontólogico "es un fraude social y a la dignidad de las personas, carece de compromiso presupuestario y es un bluff y un refrito de actuaciones desarrolladas en los años anteriores".

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