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Farnós sostiene que los instructores se equivocan al querer archivar los expedientes de los médicos

El Consejero de Sanidad, Joaquín Farnós, aseguró ayer que, aunque los instructores han propuesto el archivo y sobreseimiento de los expedientes abiertos a una docena de médicos por el brote de hepatitis C, sus servicios jurídicos le han dicho "lo contrario, que sí pueden haber incurrido en una infracción de tipo administrativo". Farnós insistió en que "ningún expediente está resuelto y todos están en fase de tramitación" y agregó que a finales de este mes la consejería decidirá si sanciona o no a los facultativos expedientados. "La última palabra la va a tener la consejería", reiteró.

El consejero hizo estas declaraciones ayer a través de las agencias de noticias Efe y Europa Press, después de que su gabinete de prensa anunciara que sólo hablaría con estos medios y con alguna televisión. Farnós no negó en ningún momento que los instructores -designados para practicar las actuaciones y pruebas necesarias para esclarecer los hechos que motivaron la incoación de los expedientes- hayan propuesto el archivo y sobreseimiento de los mismos, pero dijo: "Los servicios jurídicos de la consejería me han dicho lo contrario, que sí se puede haber incurrido en una infracción de tipo administrativo". El consejero reiteró que hasta la fecha "ningún expediente está resuelto, todos están en fase de tramitación" y agregó que a finales de este mes habrá concluido la instrucción y la consejería decidirá si sanciona o no a los facultativos expedientados. "La última palabra la va a tener la consejería, a la vista de los informes de los instructores y de los servicios jurídicos", fueron las palabras de Farnós, quien reiteró que "el consejero todavía no ha sancionado a nadie y todo está en proceso de instrucción". De ello se desprende que quizá se pida a los inspectores médicos que han instruido cada caso que emitan una nueva propuesta de resolución o sigan investigando, ya que, según ha podido saber EL PAÍS, en algún caso ya han concluido por dos veces que lo que procede es levantar la medida cautelar adoptada con los expedientados. Según el consejero, la infracción de tipo administrativo en la que pueden haber incurrido los médicos se ciñe a no haber comunicado el brote de hepatitis C detectado en dos hospitales, y que afecta, según la comisión de expertos que analizó el virus de los afectados, a 171 personas. No obstante, alguno de los instructores recuerda en su propuesta de sobreseimiento que la orden del 4 de marzo de 1997 sobre Enfermedades de Declaración Obligatoria (EDO) dice que los facultativos están obligados a declarar las EDO "diagnosticadas por ellos mismos" a los servicios de Medicina Preventiva o al director médico del hospital. Portadores del virus De los 13 expedientes abiertos, el del anestesista Juan Maeso está paralizado por ser el único imputado por el juez que estudia el caso. 11 son sancionadores y se basan en el incumplimiento de la citada orden, y los otros dos son disciplinarios (ambos médicos trabajaban en La Fe y la Casa de Salud) y se basan además en que ninguno adoptó medidas tras conocer que la clínica había negado a Maeso la entrada a sus quirófanos por su condición de portador del virus de la hepatitis C y su posible relación con los casos. En este sentido, la instrucción cita las recomendaciones relativas a los profesionales sanitarios portadores del virus del sida y otros virus transmisibles por sangre (como la hepatitis B o la C). El documento del Ministerio de Sanidad que las recoge dice al respecto que el riesgo existe cuando un profesional sanitario realiza maniobras invasivas, es decir, aquellas en las que las manos enguantadas del trabajador pueden estar en contacto con instrumentos cortantes, puntas de aguja o porciones de tejidos punzantes o cortantes, situadas en el interior de una cavidad abierta del cuerpo, herida o espacio anatómico y en el que las manos o las puntas de los dedos pueden no estar completamente visibles a lo largo del procedimiento. Fuentes cercanas a Maeso aseguran que el anestesista, cuyas maniobras no podían ser consideradas invasivas, reforzó sus medidas profilácticas cuando dió positivo en las pruebas de la hepatitis C y que las aplicó mientras anestesió a pacientes de La Fe durante los 17 días que trabajó antes de tomarse vacaciones. Las mismas fuentes insisten en que Maeso anestesió a muchos médicos, incluidos algunos de los expedientados.

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