Bayón recoge el Premio Ateneo por su novela "Un hombre de provecho"
Félix Bayón recogió ayer el Premio Ateneo de 1998 por su novela Un hombre de provecho. El novelista Justo Navarro presentó la obra de Bayón. Navarro destacó la "obsesión de la máscara, de la identidad inventada" como un latido esencial en Un hombre de provecho. Marta Rivera de la Cruz, ganadora del Premio Ateneo Joven con Que veinte años no es nada, también recogió su galardón. El decano de Ciencias de la Información Carlos Colón presentó su novela.
La entrega de los premios (dos figuras de la diosa Palas Atenea) se celebró en la nueva sede del Ateneo de Sevilla. Ambas novelas han sido publicadas por Algaida Editores. Un hombre de provecho es la tercera novela de Bayón (Cádiz, 1952). Adosados fue finalista del Premio Nadal en 1995. La libreta negra, publicada en 1997, fue su segunda novela. Justo Navarro hizo un recorrido elogioso por las líneas maestras de la novela. "Un hombre de provecho es ante todo una buena novela de intriga. Porque parte de un hombre enmascarado al que hay que descubrir. Es un empresario dueño de una fábrica de comida para perros que ha hecho su fortuna vendiendo chatarra y la ha convertido en pienso para perros. Este hombre [Aurelio Manzana] se presenta amargado de no ser quien parece ser, de llevar encima la máscara que los constructores de imagen le han fabricado para ser el hombre de moda", relató Navarro. Pablo, un individuo solitario cuyo único motor existencial consiste en escudriñar las vidas de sus antiguos compañeros de universidad, se engolfa en una investigación sobre Aurelio Manzana. Pablo está seguro de que este triunfador miente al decir que estudió en la misma universidad que él. Pablo emprenderá su peculiar investigación con la ayuda de otro personaje solitario: un economista en paro que sobrevive a base de jugar en la bolsa. Los dos personajes que rastrean la identidad de Manzana son, según Justo Navarro, "dos personas al margen, dos emboscados, dos [personas] que están fuera de la sociedad". Navarro definió a Pablo como un hombre "que murió en vida en un momento de su historia". Según avanzan las pesquisas de esta pareja Bayón ofrece una pesimista visión del final de siglo. Bloques de viviendas semiabandonados, parados que han perdido su trabajo y que tratan de salir adelante entre especulaciones y argucias bolsísticas, seres alienados que aplauden sin saber qué en los concursos televisivos, empresas que crecen sin ninguna base productiva real como buñuelos de viento... "Félix Bayón piensa bien y, por tanto, escribe bien porque ése es el secreto de la literatura. Tiene la cabeza clara y escribe claro", concluyó Navarro. Bayón agradeció las palabras de Navarro e invitó a los presentes en el acto a leer su novela. "Que os sirva para añadir algún aspecto nuevo a la vida, que es para lo que sirve la literatura", dijo Bayón. Carlos Colón, por su parte, definió Que veinte años no es nada como "una novela fundamentalmente basada en el placer de la palabra y la narración". Colón puso como referente de la novela Las mil y una noches. "Recupera el placer de oír contar historias de forma casi verbal. Hace cotidiano lo excepcional y muestra la excepcionalidad de lo cotidiano", explicó Colón. Marta Rivera de la Cruz (Lugo, 1970) ganó el segundo Premio de Novela Joven y Brillante con El refugio en 1996. Que veinte años no es nada narra el amor que despierta en una joven un escritor mucho mayor que ella. Cósimo Herrera, un eterno candidato al Premio Nobel, decide retirarse a una pequeña ciudad de provincias. Luisa, una empleada de una librería, se enamorará de él. Rivera hizo hincapié al hablar de su novela en "lo extraordinario que aparece en lo cotidiano". "El mundo es un lugar fantástico que está lleno de personas extraordinarias que tienen historias que contar. Todas las historias que aparecen en el libro son historias que yo escuché o que alguien me contó una vez", explicó Rivera.
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