El voto hispano muestra su papel decisivo ante las futuras elecciones presidenciales

En su primera intervención para agradecer su victoria arrolladora en Tejas, George Bush habló en español nada más comenzar su discurso: "Gracias a mis amigos hispanos, gracias por vuestro apoyo", dijo el hijo del ex presidente. Casi el 50% del voto latino en ese estado optó por el candidato republicano y futuro presidenciable. Bush había invertido mucho dinero y esfuerzo en atraer hacia su candidatura a la población de un estado en el que casi una de cada tres personas es de origen hispano.

Su hermano Jeb, republicano como George y como su padre, también será gobernador en Florida gracias al voto latino. En ese estado la mayoría de los electores hispanos son de origen cubano e inclinación republicana, aunque Jeb Bush no escatimó ni esfuerzo ni dinero para recodarles los años que pasó viviendo en Venezuela.

El voto de la minoría hispana de EEUU se desprendió hace unos años de la etiqueta de gigante dormido. El apoyo latino conseguido por los hermanos Bush tiene un valor añadido: los hispanos tienden a votar demócrata porque los programas electorales republicanos son severos en las cuestiones de inmigración. Es ese rechazo a la política de inmigración que proponen los republicanos el que ha quitado a su candidato en California el puesto de gobernador. Los hispanos votaron en masa al candidato demócrata como indiscutible voto de castigo a las iniciativas republicanas que en nada favorecían a los intereses de los inmigrantes.

En el cierre de campaña, Bill Clinton repitió el mensaje que han empleado los candidatos de su partido: "Los hispanos tienen que escoger entre nuestro compromiso con un proceso de inmigración justo, equitativo y rápido o la política de los republicanos que frena la situación de los inmigrantes".