Decisiones colegiadas
Como militante que ha participado, en la medida de sus posibilidades, en la campaña que ha desarrollado Izquierda Unida en el País Vasco, no puedo por menos que contestar al señor Martínez Ara, antiguo votante de IU. En primer lugar, se dirige a nuestro coordinador culpándole de todos los males cuando debe saber que en IU-EB la dirección es colegiada y las decisiones no las toma una sola persona, sino que responden al sentir de la mayoría de la organización. Y la mayoría hemos decidido que, aunque a algunos no les guste, debíamos estar en el Acuerdo de Estella, que en ningún caso constituye una cesión ante el entorno del MLN, ni mucho menos. Al contrario, se trata de una apuesta inequívoca por la paz, y prueba de ello es que hoy estamos hablando en un nuevo escenario de cese de la violencia. El documento de Estella es un acuerdo democrático que responde a los dictados del Pacto de Ajuria Enea. En segundo lugar, me gustaría también decirle que creo que habla de oídas o de odio, porque nuestra campaña y todo nuestro hacer político se basa en nuestro famoso eslogan "programa, programa, programa". Y si de algo hemos hablado en esta campaña, y por lo que hemos sido debidamente alabados durante la misma, ha sido por haber evitado el lenguaje del insulto y la descalificación, que, en algunos momentos, ha sido el único mensaje de otros partidos. ¿Qué decían sus programas o cuáles eran sus propuestas en materia económica o social? Sin embargo, en Izquierda Unida-Ezker Batua, fieles a nuestros principios, hemos dedicado todo nuestro esfuerzo en intentar explicar a la opinión pública aspectos concretos del programa. Así, sólo tengo que recordarle que lea los periódicos de estas elecciones y verá que nuestros temas han sido: el pleno empleo, las 35 horas semanales, la atención a los jubilados y pensionistas, la defensa de una sanidad pública y gratuita, la despenalización de la insumisión, la igualdad de las mujeres, y un largo etcétera que ve quien quiere ver.- . .
La programación
Mi queja se refiere a la programación de la tele, debido al largo tiempo que emiten sus anuncios en mitad de la programación. También son abominables los largometrajes que dan sobre las 15.30 hasta largas horas de la tarde, mostrando las desagradables cosas de la guerra, cuerpos sin cabezas, piernas arrancadas y demás, ya que sobre esas horas los niños salen de clase y al llegar éstos a casa debería haber programación infantil.- . .
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