Aznar anuncia contactos con el entorno de ETA
El Gobierno pretende con el diálogo que la banda acredite el final de la violencia
El presidente del Gobierno, José María Aznar, anunció ayer, mes y medio después de que ETA anunciase un alto el fuego indefinido, el establecimiento de contactos con interlocutores del denominado Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV) con el objetivo de "acreditar" la voluntad de la organización terrorista de "dar los pasos necesarios para abrir un proceso de paz mediante el cese definitivo de la violencia". Fuentes de La Moncloa aseguran que hasta el momento no ha habido contacto alguno del Gobierno con la banda o su entorno, y que precisamente Aznar ha tomado la iniciativa de hacer pública su decisión de promover esos contactos con una doble finalidad: acreditar el final de la violencia de ETA y conocer de primera mano las pretensiones de la banda.Aznar no quiere intermediarios entre el Gobierno y el entorno del MLNV y pretende dirigir personalmente el proceso de paz, con el apoyo de un grupo muy reducido de colaboradores, no más de tres o cuatro, para garantizar la discreción. El anuncio de Aznar de ayer es el de "unas primeras conversaciones o conversaciones previas", según las fuentes gubernamentales consultadas. Aznar quiere ratificar así "la transparencia prometida" sobre sus contactos con ETA y "evitar especulaciones sobre la existencia de negociaciones".
El portavoz del Gobierno, Josep Piqué, abundó en Algeciras en la explicación de Aznar sobre el objetivo que se persigue con estos contactos: probar si el fin de la violencia de ETA es definitivo. "Se trata de contactos que pretenden ser estrictamente acreditativos y que tienen que dar respuesta a unas inquietudes que todavía existen en la sociedad española y en la sociedad vasca respecto a si existe o no esa voluntad real de abandonar las armas y dejar la violencia". Piqué fue muy preciso al referirse a lo que "han manifestado los empresarios vascos respecto al impuesto revolucionario o a los episodios de violencia callejera que aún no han sido condenados", informa Cándido Romaguera.
La actitud de EH
Aun así, para el Ejecutivo son clave dos datos muy importantes: Que EH haya asumido democráticamente el resultado de las elecciones autonómicas vascas y que, en consecuencia, se haya comprometido a participar activamente en las instituciones públicas.La Moncloa anunció la decisión del presidente del Gobierno a través de un despacho de la agencia Efe, fechado a las 11.30, y hora y media después era el propio Aznar quien lo confirmaba en su visita al Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. La noticia sorprendió a todas las formaciones políticas, tanto que el primer partido de la oposición, el PSOE, se apresuró a quejarse de que el Ejecutivo no le hubiera mantenido al tanto de sus intenciones. Aznar sólo informó un momento antes de hacer pública su decisión al presidente del PNV, Xabier Arzalluz.
Fuentes gubernamentales aseguran que desde La Moncloa también se intentó contactar con el PSOE, pero no localizaron a sus interlocutores habituales. El propio vicepresidente primero, Francisco Álvarez Cascos, permaneció ajeno a la cuestión. Preguntado sobre las futuras conversaciones con el entorno de ETA, respondió: "No hay ningún comentario que hacer".
¿Por qué Aznar ha tomado repentinamente esta decisión cuando el 24 de octubre al Gobierno le parecía insuficiente la declaración de dos encapuchados de ETA en la BBC, en la que apuntaban que la actual generación de etarras había decidido abandonar la violencia? El Ejecutivo respondió ayer a esta interrogante con dos datos: los cambios percibidos en el entorno del MLNV y el nuevo escenario surgido tras las elecciones vascas del 25 de octubre. Y también con una negativa: no ha habido ningún tipo de mensaje nuevo por parte de la banda armada desde la comparecencia en la BBC de los encapuchados de ETA.
Tanto el presidente Aznar como el ministro del Interior, Jaime Mayor, habían manifestado que cuando el Ejecutivo considerase que "han cambiado las circunstancias" anunciaría el inicio de contactos con la banda o su entorno.
Al Gobierno no le pasó inadvertida la declaración de los dos etarras en la televisión pública británica. Pero, sobre todo, lo que le ha animado a Aznar a dar el paso para anunciar públicamente los contactos con ETA son los gestos de Euskal Herritarrok (EH) y de su portavoz, Arnaldo Otegi, cuya autoridad en el conjunto del MLNV es cada vez más manifiesta. "Esta decisión obedece a la percepción de los cambios registrados en el entorno del MLNV, que se han traducido en intentos de aproximación, a los que el Gobierno quiere ahora responder", señalaron ayer desde La Moncloa.
La cadena de recientes declaraciones del portavoz de EH en favor de la vía política para resolver lo que la izquierda abertzale denomina el "conflicto vasco" y su autoridad en el entorno del MLNV han contribuido a animar a Aznar sobre las posibilidades del proceso de paz. La última de ellas, el anuncio de Arnaldo Otegi, el pasado jueves, tras entrevistarse con el candidato a lehendakari por el PNV, Juan José Ibarretxe, de comprometerse a participar a fondo en las instituciones municipales y forales.
Pero hay una segunda razón política en la decisión de Aznar. "El nuevo escenario surgido de las elecciones autonómicas del pasado 25 de octubre favorece un nuevo impulso hacia la consolidación definitiva del fin de la violencia", señalan en La Moncloa. El Gobierno interpreta que el electorado vasco ha primado el 25-O a los dos principales interlocutores del proceso por la paz: el PP, partido del Gobierno, y EH, el partido del MLNV. El primero ha subido de 11 a 16 parlamentarios, y el segundo, de 11 a 14.
Hablar con Otegi
La particularidad del ascenso de EH radica en que la izquierda abertzale venía sufriendo un marcado descenso desde las elecciones vascas de 1990 y ha cambiado de signo radicalmente desde que EH, sucesora de Herri Batasuna (HB), ha optado claramente por las vías políticas. Este resultado ha reafirmado las pretensiones de Aznar de guiar el proceso sin intermediarios políticos, como el PNV, ni sociales, como las diferentes asociaciones pacifistas, y contactar directamente con ETA o su entorno.El nuevo panorama tiene mucho que ver con la interlocución que se plantea el Gobierno con el MLNV para estos contactos, muy distinta a la que establecieron los Ejecutivos socialistas, que pretendían el contacto directo con ETA, ya que consideraban que HB no ejercía autoridad alguna sobre la banda. Así sucedió, por ejemplo, con las conversaciones de Argel de 1989. A un lado de la mesa se sentó una representación del Gobierno y al otro un dirigente de ETA, Eugenio Etxebeste, Antxon.
Sin embargo, en la declaración oficial de ayer, La Moncloa señala que el presidente del Gobierno ha autorizado el inicio de contactos con "interlocutores del entorno del denominado MLNV". Esto es, el Gobierno del PP ya no exige la interlocución directa con ETA, sino con quien tenga la representación del conjunto del MLNV: ETA, HB o las organizaciones sociales. Fuentes del Gobierno consideran con representatividad suficiente a Arnaldo Otegi.
Por parte del Gobierno, el proceso de paz estará guiado por Aznar, y la interlocución se administrará desde el entorno del presidente. La Moncloa guarda total hermetismo sobre esta cuestión.
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