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Un juez investiga a dos agentes de los Mossos por un supuesto delito de tortura

El magistrado titular del Juzgado de Instrucción número 14 de Barcelona tiene acabada la investigación de un supuesto delito de torturas cometido por dos agentes de los Mossos d"Esquadra del que fue víctima José María F. P., un ex portero del Museo de Arte Moderno de Barcelona, ubicado en el parque de la Ciutadella, en el mismo edificio que alberga el Parlament, según Radio Barcelona. El supuesto delito se produjo cuando los dos mossos, en el transcurso de la detención, vejaron a José María F. P. al obligarle a desnudarse y a hacer flexiones para comprobar si llevaba droga en sus ropas o en su cuerpo.

De acuerdo con la versión de los Mossos, el pasado 29 de abril la dirección del museo procedió a hacer limpieza y a abrir una serie de taquillas del personal que hacía tiempo que estaban abandonadas o cuyos titulares ya no trabajaban en el centro. En una de las taquillas, la que en su día perteneció a José María F. P., inopinadamente aparecieron 10 millones de pesetas y una cantidad no precisada de joyas. La dirección del centro denunció el hecho a los Mossos, policía competente en el caso por estar ubicado el museo en un edificio de la Generalitat. Dos agentes de la brigada de investigación se pusieron a trabajar en el extraño caso y tras las primeras pesquisas decidieron detener al ex portero y titular de la taquilla. Éste dio a los policías una rocambolesca explicación para justificar la presencia de los 10 millones de pesetas y las joyas en su antigua taquilla. Les dijo a los mossos que todo -dinero y joyas- procedía de una serie de transacciones comerciales que había realizado con Andorra. Ante esta afirmación poco creíble, a los dos mossos no se les ocurrió otra solución que detenerle por un delito contra Hacienda. Flexiones desnudo Ya en comisaría, los agentes obligaron a José María F. P. a desnudarse y a hacer flexiones para comprobar si llevaba droga en su cuerpo, según confirmó ayer un portavoz de los Mossos. Esta práctica de desnudar y obligar a hacer flexiones a los detenidos está severamente restringida por ley y su uso sólo está autorizado en las situaciones en las que hay posibilidad cierta de que entre las ropas o en el interior del cuerpo del detenido se escondan pruebas del delito por el que la persona ha sido arrestada. Ésta es una actuación policial que tiene su indicación más expresa en las detenciones de narcotraficantes, pero es díficilmente justificable en un caso de presunto delito contra la hacienda pública. Puesto el detenido a disposición del juez, éste archivó el caso y dejó el libertad al ex portero del museo porque la mera posesión de 10 millones de pesetas y joyas no es prueba de delito alguno. Pero el caso no acabó aquí, ya que, a su vez, José María F. P., que es licenciado en Derecho, puso una demanda contra los dos policías. El juez al principio tramitó el caso como una falta por torturas; pero, a instancias del fiscal, cambió la calificación inicial por la de delito de torturas al considerar que la supuesta vejación a la que fue sometido José María F. P. está recogida perfectamente en el artículo 175 del Código Penal, que califica de torturadoras a las "autoridades o funcionarios públicos que, abusando de su cargo..., atentaren contra la integridad moral de una persona...". Los dos agentes han reconocido ante el juez que obligaron al detenido a desnudarse y a hacer flexiones en comisaría. La Generalitat ha recurrido contra la calificación del delito ante la Audiencia de Barcelona y justifica la actuación de sus dos agentes.

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