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Arcelin renuncia a seguir la batalla judicial por el negro de Banyoles

Fin de una empecinada empresa: el médico de Cambrils de origen haitiano Alphonse Arcelin ha decidido no continuar su batalla judicial contra el Ayuntamiento de Banyoles por la exhibición del famoso guerrero negro disecado del Museo Darder de la localidad, informa Europa Press. Arcelin ha decidido no apelar al Tribunal Supremo después de que su demanda haya sido desestimada dos veces, una por el juzgado y la otra por la Audiencia de Girona. El médico, que en 1991 inició la campaña para que se retirara el hombre negro disecado del museo de Banyoles, pide ahora que el Ayuntamiento repatríe el cuerpo para su inhumación en África, ya que, recuerda, el consistorio se comprometió a decidir sobre el futuro del bosquimano una vez cerrado el proceso judicial. Alphonse Arcelin exigía una indemnización de 200 millones de pesetas al Ayuntamiento de Banyoles por daño moral al haber exhibido durante casi un siglo el cuerpo del guerrero negro. El médico solicitaba asimismo que la justicia obligara al Ayuntamiento a hacerse cargo de la tramitación para la repatriación del cadáver al supuesto país de origen, Botsuana. "Agotamiento" Sin embargo, la sentencia de la Audiencia de Girona desestimó la demanda en enero pasado porque ésta debería haberse presentado en la sala de lo contencioso- administrativo en lugar de en la sala penal tal como se hizo. Arcelin ha decidido no continuar la batalla judicial aduciendo como motivo "agotamiento". Ahora ha de determinarse la cantidad que el médico de Cambrils deberá pagar en concepto de los costes del procedimiento judicial que él mismo inició. El célebre y polémico negro de Banyoles es el cuerpo de un jefe tribal bechuana o bosquimano disecado hacia 1830 en África según las técnicas de taxidermia animal por los hermanos Verreaux, naturalistas franceses de prestigio. El cuerpo, tras diversas vicisitudes, fue a parar a manos de Francesc de A. Darder, que lo integró en su colección de curiosidades científicas. Dicha colección fue donada por su propietario a Banyoles, donde formó el Museo Darder. La polémica por la exposición del cuerpo la abrió Arcelin y coincidió con la proyección mundial de Banyoles como subsede de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992. El hombre disecado, retirado discretamente a un almacén del museo en marzo de 1997 por consejo de la Unesco, ya no se exhibe. El Ayuntamiento de Banyoles se ha mostrado favorable a su inhumación o incineración en Botsuana, cuando se cierre el proceso judicial. Paralelamente, la entidad Amigos de los Museos de Banyoles ha remitido una carta al ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, apoyada por 6.500 firmas, en la que se pide al Gobierno español que reconsidere su decisión de repatriar al bosquimano.

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