Aena aplaza el nuevo centro de control de Manises

El espacio aéreo valenciano seguirá vigilado desde una sala de 77 metros cuadrados. La creación de un nuevo y más espacioso Centro de Control Aéreo de Levante no entra en las prioridades de Aena (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea), que no ha incluido este proyecto en los 3.000 millones de su plan de inversiones para el aeropuerto de Manises. Los controladores valencianos confiaban en que Aena aprovecharía la construcción de una nueva torre de control, incluida en las inversiones de 1999, para instalar en el mismo edificio el centro de control aéreo por cuestiones de operatividad. "Supondría gastarse 800 millones en vez de 400, pero Aena recuperaría parte de la inversión alquilando los locales que ocupamos actualmente", precisa un portavoz del sindicato USCA (Unión Sindical de Controladores Aéreos). A pesar de que la reivindicación del nuevo centro de control se remonta a finales de los ochenta y que Aena (según USCA) se había mostrado dispuesta a no aplazar más tiempo esta demanda, de momento sólo está prevista la construcción de una torre de control en los terrenos que dejará libre el próximo verano la base aérea militar. Desde Aena eluden hablar de este tema. Pero recuerdan que el año que viene invertirán 700 millones en el centro de control valenciano para instalar el sistema Focus, las nuevas herramientas de trabajo de los controladores. El sistema Focus sólo está implantado en Madrid y llegará el próximo año a Barcelona y Valencia. Reducidas dimensiones Con las reducidas dimensiones de la sala actual, los controladores se quejan de que están demasiado próximos, lo que dificulta las comunicaciones que mantienen con los aviones. "Habla uno y sus órdenes se cuelan por el micrófono del compañero", protestan los sindicalistas. Esta situación se complicará, en opinión de USCA, con la próxima instalación en el centro de un tercer sector que controlará el tráfico aéreo de Alicante. "Pasaremos de cuatro a seis controladores en cada turno sin aumentar de espacio", se quejan y reclaman una sala de control con un mínimo de 300 metros cuadrados, "imprescindible para atender con garantías el crecimiento constante y la complejidad del tráfico aéreo valenciano".