Duelo nacional en Suecia tras la muerte de 60 jóvenes en un centro cultural repleto de inmigrantes
Suecia se encontraba ayer bajo los efectos de la conmoción causada por la muerte de 60 jóvenes ocurrida al estallar un incendio en un centro cultural de Hisinge, un barrio de emigrantes de la ciudad meridional de Gotemburgo, la segunda del país. Otros 175 jóvenes se encuentran hospitalizados en diversos establecimientos sanitarios y en clínicas especiales para el tratamiento de quemados. Entre los heridos hay 13 en estado de suma gravedad, por lo que los responsables hospitalarios temen que el número de víctimas mortales pueda aumentar en las próximas horas.
Las tareas de identificación de las víctimas, en su mayoría inmigrantes procedentes de países de la antigua Yugoslavia y de Somalia, proseguían trabajosamente ayer, ya que el fuego había dejado irreconocibles a la mayoría de los cuerpos.Paralelamente, la investigación policial se centraba en establecer el origen del incendio. En un primer momento se pensó en un atentado terrorista, y así lo apuntó el jefe de la brigada de salvamento, Lennart Olin, en su primera evaluación de la catástrofe, ya que el local donde se produjo el siniestro también alberga a un centro de inmigrantes. Pero esta hipótesis, sin quedar completamente descartada, había perdido fuerza a lo largo del día de ayer.
El local, que había sido alquilado por una asociación cultural de inmigrantes de Macedonia, contaba con capacidad para unas 150 personas, pero se encontraba ocupado por cerca de 400 en el momento de la tragedia. El fuego se expandió con gran celeridad minutos antes de la medianoche del jueves y cuando el humo invadió el local se desató el pánico.
Pese a que los bomberos acudieron con celeridad, no pudieron impedir que el fuego destruyera en pocos minutos la totalidad del recinto. El escenario que encontraron fue desolador: cuerpos semicalcinados en las puertas del local, cientos de jóvenes intoxicados por el humo o parcialmente quemados que necesitaban atención urgente. En medio de los gritos de quienes habían quedado atrapados en el interior, se registraban escenas de dolor entre los familiares y amigos de las víctimas.
El accidente y sus circunstancias recordaban a lo ocurrido en diciembre de 1983 en la discoteca Alcalá-20 de Madrid, donde murieron 81 personas y resultaron heridas 28.
Grupos integrados por psicólogos y asistentes sociales atendieron en las iglesias y hospitales de Gotemburgo a los familiares de las víctimas. El Gobierno sueco decretó ayer duelo nacional y en todos los edificios oficiales la bandera ondeaba a media asta.Todos los partidos de fútbol fueron suspendidos y también los locales de diversión cerraron sus puertas al público.
El primer ministro, Göran Persson, acudió al mediodía de ayer al lugar donde ocurrió la tragedia para expresar su solidaridad a los familiares de las víctimas y a las autoridades de la ciudad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.