La fiscal pide seis meses de cárcel a un hombre que echó de casa a su suegra

La fiscal solicitó ayer seis meses de prisión para Jaime Villabriga, un vecino de la localidad de Sant Boi de Llobregat (Barcelona) acusado de obligar a su suegra, de 83 años, a salir diariamente de casa entre las 9 y las 14 horas, lo que supone un delito contra la integridad moral.Durante el juicio, celebrado en el juzgado de lo penal 14 de Barcelona, el acusado, su esposa, la anciana y los dos hijos, que son las personas que comparten el domicilio familiar, negaron rotundamente la acusación y coincidieron en señalar que la mujer salía voluntariamente de casa para ir a dar un vuelta y que regresaba cuando quería.

Sin embargo, dos policías municipales explicaron que dos vecinos les habían contado que el yerno echaba de casa cada día a la anciana, en camisón y bata, tal y como la encontraron en varias ocasiones.

Un agente relató que cuando fue a hablar con el acusado éste le respondió que "estaba en su casa y hacía lo que le daba la gana", así como que "él no tenía porqué cargar con el mochuelo". La anciana vive con su hija y su yerno desde que éstos se casaron y ayer aseguró al juez que recibía un buen trato y que deseaba seguir con ellos.

Sin embargo, la fiscal considera que la conducta del yerno se encuadra en el artículo 173 del Código Penal, que castiga con penas de entre seis meses y dos años de prisión a quien "infligiere a otra persona un trato degradante, menoscabando gravemente su integridad moral". De manera alternativa y por si el juez no aprecia este delito, la fiscal reclamó una multa de 20.000 pesetas por una falta contra las personas, al amparo del artículo que castiga a "los que dejaren de prestar asistencia, o en su caso, el auxilio que las circunstancias requieran a una persona de edad avanzada o discapacitada que se encuentre desvalida".

La defensa reclamó la absolución de su cliente al considerar que no había pruebas inculpatorias y el acusado tomó la palabra al acabar el juicio para decirle al magistrado: "Ella está bien y tiene un arcón y una nevera llenos", en alusión a que no le faltaba ropa ni comida a la anciana.