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CERCO AL EX DICTADOR

Pinochet espera que el juez británico encargado de su caso le deje hoy en libertad bajo fianza

ENVIADO ESPECIALAugusto Pinochet espera quedar hoy en libertad bajo fianza después de que el juez le visite en la clínica del norte de Londres a la que fue trasladado ayer por la mañana, tras lograr el miércoles que se le reconociera inmunidad ante los tribunales británicos. Ese fallo ha sido recurrido, por lo que Pinochet debe estar o detenido o en libertad vigilada a la espera de sentencia firme. El juez podría negarle la fianza, pero en medios jurídicos se considera poco probable, a pesar de que el ex dictador intentó escapar del país cuando veía estrecharse el cerco policial.

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En el entorno del senador vitalicio se confiaba en una resolución satisfactoria sobre la fianza, en especial después del pronunciamiento tan favorable del día anterior, cuando el juez de la High Court (equiparable al Tribunal Supremo español) concedió a Pinochet inmunidad de Estado, que le aleja del banquillo de los tribunales españoles. El fallo de lord Bingham en favor de la inmunidad va a ser visto en apelación la próxima semana, por lo que es posible que dentro de siete días Pinochet esté volando rumbo a Santiago en el avión militar que desde el sábado pasado le espera en la base de Brize Norton (cerca de Oxford).El recurso de la fiscalía contra la inmunidad, en nombre del juez Baltasar Garzón, entrará en la Cámara de los Lores a media tarde del lunes con carácter de urgencia. Ayer se consideraba posible que los lores que han de ver la apelación convoquen sesión para el miércoles y que en uno o dos días emitan veredicto. Ese fallo es inapelable, y si ratifica el de lord Bingham, el ex dictador podrá salir de inmediato del país. Los costes del caso, además, correrán por cuenta del contribuyente: unas 350.000 libras, unos 80 millones de pesetas.

La oposición ha arremetido contra el Gobierno por haberse liado en este caso "como si fuera un grupo de estudiantes de los años setenta, en vez de un Gobierno con responsables", en palabras de un diputado conservador. Robin Cook, ministro de Exteriores, con el corazón bien plantado en la izquierda, ha quedado desairado, según la oposición y algunos diplomáticos de su propio ministerio, poco receptivos a las ideas de su jefe, propagador de una "ética en política exterior" llena de contradicciones y en la que entra perfectamente la detención de un dictador de la categoría de Pinochet.

Un portavoz oficial del Foreign Office subrayó ayer que el juez se ha pronunciado sobre la inmunidad de Estado y no sobre la inmunidad diplomática de Pinochet. La inmunidad diplomática cubre a los diplomáticos en el país en que están acreditados, pero la inmunidad de Estado es un concepto menos desarrollado y el Foreign Office ha venido mante-niendo que sólo cubre a jefes de Estado en ejercicio. De ahí la negativa a la inmunidad, lo que permitió la detención de Pinochet el pasado día 16.

Críticas laboristas

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Cook sólo declaró ayer que su ministerio desea que se cumpla la ley y que el caso ahora está pendiente de apelación. Pero tuvo que escuchar cómo Joschka Fisher, en su primera vista oficial a Londres como ministro de Exteriores alemán, manifestaba su "gran satisfacción por la detención de Pinochet".Expertos en derecho internacional han criticado la sentencia. "Esta doctrina de la inmunidad de Estado permite que Slobodan Milosevic y otros dictadores vengan aquí y tengan cobertura", señaló Donald Anderson, el laborista que preside el comité de Exteriores de la Cámara de los Comunes. "Por eso hay que cambiar esa doctrina y por eso el Tribunal Penal Internacional tendrá una nueva jurisdicción sobre delitos, genocidio y crímenes contra la humanidad".

Lord Bingham evocó indirectamente la necesidad de un tribunal de nueva planta como el TPI al decir que "es cuestión preocupante que quienes han perpetrado delitos contra la humanidad escapen a la justicia y al adecuado castigo" porque así lo permite la legislación, en este caso la del Reino Unido.

La fiscalía insistió infructuosamente durante la vista del caso Pinochet que el derecho internacional ha evolucionado mucho en los últimos años y que hay un consenso sobre qué delitos como los que se imputan a Pinochet deben ser sancionados.

Marc Weller, subdirector del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de Cambridge, apoyó ayer esta tesis y arremetió contra Bingham. "Ante actos contra el conjunto de la humanidad, los Estados no tienen derecho a evocar la soberanía de Estado para individuos que los han perpetrado", decía. "Me quedé de piedra con el modo en que se presentó la sentencia, como si fuese una interpretación de autoridad sobre derecho internacional. Uno hubiera deseado que el tribunal hubiera empleado el caso para acabar con la tradicional y muy extendida interpretación sobre la soberanía en relación con instituciones extranjeras. Desgracidamente, no fue así".

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