El Consell cambia de planes y se plantea reubicar a los vecinos de Agua Amarga en la misma zona de Alicante

Las sesenta familias que hoy residen o mantienen negocios consolidados en el barrio Agua Amarga de Alicante, afectadas por el proyecto de expropiaciones en marcha para posibilitar la construcción del complejo de ocio de la Ciudad de la Luz y otras infraestructuras públicas desconocidas que promueve el Consell, no serán obligadas a abandonar una zona en la que llevan décadas residiendo, aunque sí a desplazarse a otro sector que no interfiera en los planes del Ejecutivo para el desarrollo del sur de la ciudad. Así al menos lo insinuó ayer el consejero de Obras Públicas, José Ramón García Antón. Para el consejero, con esta medida la administración pública podría acometer los viarios y paseos proyectados sin tener que hacer frente al desgaste político y al importante coste social que comportaría el desalojo forzoso de vecinos y comerciantes. El titular de Obras Públicas mantiene que la construcción del complejo de ocio es "estratégica" para el desarrollo del área metropolitana, y para alcanzar un "anhelo largamente perseguido: la integración de las ciudades de Alicante y Elche", tras el fallido intento del manido proyecto del Trángulo Alicante-Elche-Santa Pola, planteado en los ochenta. Ahora toma forma la propuesta que lanzaban los propios afectados y los partidos de la oposición: integrar el barrio en la actuación global. El anuncio de García antón fue recogido con cierta prudencia por los representantes vecinales.