El presidente del Parlamento Europeo, contra "míster PESC"
El presidente del Parlamento Europeo, José María Gil Robles, arremetió ayer sin contemplaciones contra la figura de míster PESC (posibilidad de personalizar en un cargo la Política Exterior y de Seguridad Común, o PESC), ante la reunión informal de los jefes de Estado y de Gobierno de la UE reunida en esta pequeña ciudad del sur de Austria. Pensar que la falta de voluntad política para articular una política exterior y de seguridad común "puede suplirse con el nombramiento de un señor o señora PESC es autoengañarse, dar vueltas alrededor del problema sin querer coger el toro por los cuernos" dijo Gil Robles ante los miembros del Consejo Europeo. La idea de tal nombramiento figura en el Tratado de Amsterdam y se considera que en el próximo Consejo Europeo de Viena se puede llegar a un acuerdo acerca de la persona sobre la que podría reacaer. Hasta el momento se han presentado formalmente dos candidaturas, la del español Carlos Westdendorp, actualmente alto representante de la comunidad internacional en Bosnia, y David Hannay, un ex embajador británico jubilado, experto en Chipre, que aceptaría ser el adjunto. En medios diplomáticos españoles se considera, sin embargo, que Francia aspira a que un alto funcionario o una personalidad política de su país ocupe el empleo. Elisabeth Guigou, ministra de Justicia, suena oficiosamente para el cargo.
El presidente del Parlamento Europeo, con el tono claro y directo que le permite un cargo independiente de los Estados nacionales, señaló que Europa "no puede seguir limitándose a ser el socio financiero de los procesos de pacificación y de reconstrucción, dejando la rentabilidad política en manos de otros. La credibilidad de la política exterior de la Unión exige articular la dimensión europea de defensa".
Gil Robles rompió una lanza, en su intervención, por la función de la Comisión Europea, verdadero Gobierno de la UE, que, recordó, "ya lleva media política exterior, la que se refiere acciones de ayuda o apoyo financiero". Una institución, añadió, que "a partir de la entrada en vigor del Tratado de Amsterdam tendrá una mayor legitimidad democrática y parlamentaria".
Para Gil Robles, sustituir el papel de la Comisión por "una persona designada por un procedimiento menos democrático sólo servirá para complicar un sistema ya de por sí lento y premioso. Es decir, seguir llegando tarde a las Bosnias y Kosovos que puedan presentarse, continuar a remolque de EEUU, que sí tienen los instrumentos de decisión y acción necesarios para intervenir rápida y decisivamente" remachó.
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