Maier intenta hacer olvidar a Tomba

La temporada de esquí comenzó ayer en la estación austriaca de Sölden con un eslalon gigante femenino en el que la noruega Andrine Flemmen dio la sorpresa al imponerse a la austriaca Alexandra Meissnitzer, por 26 centésimas, y a la gran favorita, la italiana Deborah Compagnoni, por 57. Hoy, disputan los hombres otro gigante, aunque la Copa del Mundo hará después el paréntesis habitual para seguir el 19 de noviembre en Estados Unidos y Canadá, antes de regresar a Europa en diciembre. Y el circo blanco abre definitivamente sin el retirado Alberto Tomba. La Bomba sólo estallará ya en los juzgados (la hacienda italiana le reclama 1.500 millones de pesetas de impuestos). En las pistas tiene vía libre la última revelación, el austriaco Hermann Maier.El potentísimo Herminator arrasó en la pasada temporada de la Copa del Mundo y lo confirmó en los Juegos Olímpicos de Nagano, sobreviviendo incluso a una caída espeluznante en el descenso. Por su físico ya ha tenido que sufrir esta semana las acusaciones de dopaje del equipo suizo (que ayer mismo se disculpó), pero mientras no se demuestre lo contrario es el único que puede confirmarse como el gran sucesor de Tomba. Es más completo y sólo le falta mejorar en los eslalones. Sus rivales hoy, salvo sorpresas, serán sus compatriotas Mayer, Knauss y Eberharter, los suizos Von Gruenigen y Locher, y los noruegos Aamodt y Kjuss.

Ayer, la española Ana Galindo (magnífica cuarta en la misma pista de Sölden en 1996), fue 17ª, y María José Rienda, 23ª. No terminaron la más veterana, Ainhoa Ibarra, y la más joven incorporada al equipo, Carolina Ruiz. Normal, tras el desastre federativo anterior, aunque con esperanzas, a medio plazo, después del cambio federativo en las elecciones de primeros de mes ganadas por Luis Algar. Las chicas son las únicas supervivientes de la nieve derretida por el anterior presidente, Segismundo Fraile, y el director técnico, Eduardo Roldán, sustituído, precisamente ahora, por el italiano Maurizio Marcacci, el UVI femenino.