El falso marqués y su Nebrija falso
Recuperado un valioso libro robado y vendido en Navarra y La Rioja por una red de anticuarios
La curiosidad de un técnico permitió descubrir el robo. Y el trabajo de los agentes especializados de la Policía Nacional ha hecho posible la recuperación de un libro de valor incalculable en apenas dos semanas y la detención de una verdadera red de anticuarios de escasos escrúpulos, imputados ahora ante la justicia como presuntos autores de la sustracción y receptación del ejemplar. Se trata de la obra de Antonio de Nebrija (1441-1522) Orationes (Ex Divino Officio) ad Plenum Collecte Summaque Diligentia Emendate, editada en Logroño en 1529. Una pieza única en el mundo escrita por el célebre autor de la primera gramática de la lengua castellana y de la que sólo existe otro ejemplar parecido en el Museo Británico de Londres, y que ayer fue devuelta por la policía al Gobierno de Navarra, su legítimo propietario.
La rocambolesca peripecia de esta pequeña joya de sesenta páginas en letra gótica, escrita en latín y dedicada a recoger plegarias y oraciones para los actos litúrgicos, comenzó el pasado día 6 de octubre, cuando un técnico que catalogaba los fondos documentales de la Biblioteca General de Navarra examinó el libro, que reposaba en un estante desde su adquisición en 1978. El formato externo era similar al original y el tejuelo con la signatura parecía auténtico. Pero la curiosidad del catalogador le llevó a abrir sus páginas para observarlo y así se constató el engaño. Alguien había dado el cambiazo y en el interior sólo había páginas de otra publicación con recetas de cocina vasca, impreso en los años veinte de este siglo.
Tras la mayúscula sorpresa, que puso en evidencia la falta de medidas de seguridad en el control de los fondos documentales públicos, llegó la denuncia, y al día siguiente, la Guardia Civil inició una investigación que dio rápidos frutos. Un anticuario de Pamplona tenía el libro a la venta. Detenido por la policía, declaró haberlo adquirido recientemente a un colega de profesión residente en Logroño. Localizado éste, la policía comprobó que el libro de Antonio de Nebrija había sido vendido el 22 de abril pasado a otro anticuario de Pamplona que dijo llamarse Enrique. Bajo esa denominación se ocultaba, según explicó ayer Francisco Javier Ansuátegui, delegado del Gobierno en Navarra, el presunto autor material de la sustracción: Pedro Hernández Barbarín, un conocido anticuario pamplonés con negocio ilegal abierto en la localidad navarra de Monreal y en cuyo poder se encontró el justificante del dinero pagado por la venta del libro. Hace un par de años, Hernández, conocido como el Marqués del Arga por el seudónimo que usaba en sus frecuentes colaboraciones periodísticas en un diario local, permaneció varios meses en una prisión de Cuba tras ser detenido cuando intentaba sacar del país de forma irregular valiosos cuadros del patrimonio isleño. Entonces, algunos destacados dirigentes de Unión del Pueblo Navarro (UPN-PP), amigos personales suyos, hicieron gestiones para lograr su excarcelación y regresó a Navarra.
Ahora, el consejero navarro de Cultura del Gobierno de UPN, Javier Marcotegui, alerta a sus homólogos españoles: "Es preocupante el incremento de la codicia de ciertos desaprensivos que se está cebando con el patrimonio cultural español, y especialmente", advirtió Marcotegui, "con destino al mercado del libro antiguo". Marcotegui recordó que el Gobierno de España puso en marcha en 1996 una ingente tarea de catalogación del patrimonio bibliográfico nacional, en la que están participando diferentes comunidades autónomas.
Alfonso Fernández, jefe superior de Policía de Pamplona, ofreció un dato revelador sobre los resultados de la urgencia avariciosa de los ladrones: el libro fue vendido por apenas 400.000 pesetas. El autor de la sustracción cometió, además, una torpeza inexplicable: no robó la ficha de consulta pública correspondiente al ejemplar, en la que se describen minuciosamente sus características, y cuya desaparición hubiera dificultado sobremanera su localización.
Según explicó el director general de Cultura del Gobierno foral, Tomás Yerro, el autor del robo tuvo que acceder al ejemplar en más de una ocasión haciéndose pasar por un experto en la materia que deseaba consultarlo y, tras rellenar una ficha con sus datos personales, que, curiosamente, ahora no aparece, sustituyó el libro auténtico por la copia falsa de aspecto externo idéntico que había preparado.
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