Un nido feliz

Hay un ganso salvaje que regresa cada año a la Cañada de los Pájaros, donde le repararon una herida de caza hace tiempo. Al mismo lugar del que desertó una hembra, criada en cautividad, que aprovechó un capítulo de La España salvaje, de Borja Cardelús, para poner alas en polvorosa. El ganso salvaje y la hembra mansa debieron tropezarse y gustarse en alguna incursión nórdica; así que el pasado invierno regresaron emparejados y con familia formalizada -tres crías- a la Cañada de los Pájaros, una zona de borde de marisma de agua dulce en la comarca de Doñana. "Este invierno les esperamos de nuevo", dice Maribel Adrián Dossío. La Cañada de los Pájaros, un oasis ornitológico de 76.500 metros cuadrados, nació sobre los restos de una gravera abandonada, sepultada bajo montañas de escombros en Puebla del Río (Sevilla). Los biólogos Plácido Fernández y Maribel Adrián adquirieron en 1987 la finca con la idea de montar un pequeño aviario. "Coincidió con la terrible mortandad de Doñana y comenzaron a enviarnos pájaros para recuperar, fue todo debido al azar", rememora Adrián. Los millares de aves que se hospedan en esta reserva deben estar muy agradecidos a ese azar, sobre todo en los ciclos de sequía que castiga Doñana. Casi el 75% de la Cañada son lagunas, salpicadas de islotes que reproducen distintos hábitats para acoger la mayor diversidad de avifauna. Los biólogos se deshicieron de los eucaliptos originales -sólo se han mantenido los ejemplares donde dormía una colonia de 600 garzas- para apostar por especies mediterráneas: álamos, mimbres, pinos, tarajes.. La iniciativa alcanzó tal éxito que la Cañada de los Pájaros se convirtió, en 1991, en la primera reserva natural concertada de propiedad privada, que se creó en España. Aún hoy sigue siendo la única de la Comunidad Andaluza. Aunque eso apenas se traduce en ayudas económicas, que ha forzado a sus promotores a abrirse huecos alternativos. Desde hace dos años, por ejemplo, funcionan como alojamiento rural, una oferta en la que triunfa, ante todo, el boca a boca. Igual que entre los pájaros. Cada año hay más. Cigüeñuelas, barnachas, alcaravanes, carracas, grullas, gaviotas, patos, cigüeñas y, entre las especies exóticas, ñandús, cisnes, mandarines o carolines. La población estable ronda los 2.000 ejemplares, pero el otoño dispara el censo de residentes. La reserva, amén de espacio abierto al público, cultiva una línea de investigación con la cría de especies amenazadas para su posterior reintroducción en el medio natural. Es el primer centro del mundo de cría de fochas cornudas -se han reintroducido 130- y trabajan, además, con la cerceta pardilla. Un oasis ornitológico que los pájaros agradecen cada año con visitas regulares, como hacen el ganso salvaje y la hembra mansa. Datos prácticos Carretera Puebla del Río a Villafranco, kilómetro 8. Puebla del Río (Sevilla) Horario de visitas: de 10.00 horas al anochecer. Información: 955 77 21 84. Precios: 800 pesetas (adultos), 500 (niños mayores de 6 años). Visitas de grupos con monitor: mínimo 25 personas.