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¡Dame algo!

Las palabras, como la poesía, pueden ser un arma cargada de futuro. Pero son armas que siempre carga el diablo. Nunca se sabe por qué determinadas frases, improvisadas, a bote pronto, hacen fortuna y se convierten en munición certera y otras, pensadas, meditadas, preparadas, estudiadas -y hasta ingeniosas, incluso- son, al final, pólvora de salvas. ¿Preparó José María Aznar lo de que nadie tendría que hacer las maletas en el País Vasco? ¿O fue su homónimo y homólogo del Guiñol de Canal +? No deja de ser curioso que hoy, que todo el mundo habla de diálogo y paz, nadie haya citado al poeta vasco Blas de Otero que, precisamente, pedía la "paz y la palabra". Tan al pelo como vienen hoy sus versos. Pero las palabras se han centrado en las maletas y los viajes. Y si de viaje se trata, lo mejor, hacerlo en bicicleta. Sobre todo si uno se apellida Fernández. Lo de la bicicleta ha sido tremendo. El PNV ha repartido unos pin de unos tandem preciosos, las ruedas con los colores y el símbolo circular del partido. Pues hasta esto ha servido para hacer cuchufleta. Porque, ¿quién se sienta en el primer sillín y dirige la bicicleta? Si es un Ibarretxe, el Fernández queda condenado a pedalear en puesto poco airoso y nunca al lado de Ibarretxe. Cambiar de sillín tampoco serviría de mucho. Siempre alguien que pensaría que Ibarretxe explota a Fernández dejándole lo más duro del trabajo, mientras él, detrás, a lo peor, ni pedalea. Son problemas que no tiene EA. Ellos ofrecen sobrecitos con semillas, margaritas de los prados, por ejemplo. Por cierto que la sociedad que comercializa los sobres responde al nombre de Clemente. ¿Tienen las semillas fecha de caducidad? Que sea larga en cualquier caso, porque las margaritas de los prados han de sembrarse antes de septiembre. Los socialistas regalan las flores ya creciditas. Es terminar el mitin y empezar a arrojar rosas hacia el persona. Con desastrosos resultados, todo hay que decirlo. Porque, como las fuerzas son escasas y el peso de las flores poco, siempre caen sobre las primeras filas, que suelen estar ocupadas por oradores, dirigentes y amigos. Todo queda en casa. En el amor están bien las flores. Pero lo romántico no quita lo seguro. Así que Izquierda Unida baja lo que se dice a nivel vital. Regala una bolsita con un preservativo y el eslogan: Es la hora de la izquierda. Tampoco es mala hora -para lo que sea-, ya que se menciona. El sexo, o el amor que no siempre es lo mismo, está presente en la campaña del País Vasco. Impresión, impresión la que ha causado el anuncio del PNV con dos jóvenes dándose un beso de tornillo al pie de las escaleras del metro. ¡Quién lo iba a decir! Para que luego Cristina Almeida, que ha venido a apoyar a Redondo Terreros, diga que los del PNV huelen a cera y sacristía. Cosas como éstas vuelven loco al personal. No es raro que hace poco un chaval rompiera un escaparate para llevarse el último disco de la Pantoja. Sin duda, en su actitud hay eximentes electorales.

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