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Reportaje:

Los 16 amaneceres de Pedro Duque

El primer astronauta español afronta con naturalidad la recta final para su vuelo espacial del próximo día 29

"Creo que lo más impactante serán los 16 primeros amaneceres de las 16 primeras órbitas y los intentos, seguramente fallidos, de ver sitios que conozco en la Tierra". Con esta fascinación se irá Pedro Duque al espacio el próximo día 29, si todo sale según está previsto en cabo Cañaveral (Florida). Esas primeras órbitas y los primeros amaneceres soñados llegarán para el astronauta español después de ocho minutos de lanzamiento en la cabina del transbordador Discovery, con toneladas de combustible ardiendo a su espalda, en los motores del cohete. "Los compañeros de tripulación me han hablado de cómo es la ausencia de gravedad y me han dado consejos acerca de qué hacer en caso de mareo, cómo ir al baño o dónde colocarse para dormir mejor", contaba ayer Duque en conferencia de prensa transmitida desde el centro Johnson de la NASA, en Houston (EEUU), a la estación de la Agencia Europea del Espacio (ESA) en Villafranca del Castillo (Madrid). Duque, de 35 años, será el primer español que vuele al espacio y el más joven y único novato de los siete astronautas de la misión STS-95, en la que el veterano John Glenn, de 77 años, chupa cámara como protagonista principal.

Con su uniforme azulón de astronauta y los emblemas de la ESA, a la que pertenece desde 1992, Duque recordó los años pasados de esfuerzo -dos veces se preparó como astronauta de reserva para ir a la estación Mir y dos veces se quedó en tierra- en su carrera, que ahora, por fin, le sitúa en el umbral del viaje espacial.

En el capítulo de la vida cotidiana en órbita, Duque explicó que la comida será variada, "pero no española". Además de los productos reglamentarios, dijo, le dejan llevarse un chorizo de León y unos quesos manchegos y de Mahón. Acerca de sus funciones en la misión, dijo que se hará cargo de seis instalaciones de la ESA en las que hará experimentos de biología y de física, y confesó que lo más gratificante de su profesión "es el contacto con los científicos y la vanguardia tecnológica; nuestro trabajo consiste en escuchar sus lecciones y luego ser su ayudante de laboratorio en los experimentos durante el vuelo".

Duque entra mañana en cuarentena. "Es una semana, el tiempo que puede durar la incubación de una enfermedad; si uno ha cogido algo, hay tiempo para atajarlo antes del lanzamiento", explicó. El ritmo frenético de preparativos y ensayos de última hora no mantiene a Duque alejado del mundo: "Oigo las preguntas que le hacen a Aznar sobre Pinochet", comentó en un momento de la conexión con Televisión Española.

Con simpatía y una personalidad acusada que le saca de los moldes estándar de muchos astronautas, Duque se apea del pedestal en que la popularidad le coloca: "Mi profesión no es más dificil que la de otros universitarios con trabajos tecnológicos de responsabilidad. Pero es una satisfacción tener la oportunidad de demostrar que los españoles podemos aprender lo mismo que los demás e ir al espacio como los demás". Él se hizo ingeniero aeronáutico en la Politécnica de Madrid y dio sus primeros pasos en el mundo espacial en la empresa española GMV.

Por fin se acercan los 16 amaneceres de Duque (uno cada 90 minutos, que es lo que tarda la nave en dar una vuelta a la Tierra a 350 kilómetros de altura). "¿Miedo? He pensado en ello, es estúpido no hacerlo", reconoció Duque, y, en una inconsciente imitación de Jesulín en las noticias del guiñol, explicó: "Esto es como un torero, que si no ha pensado en el miedo no ha entendido su profesión y no está capacitado para meterse en una plaza".

Con ese miedo responsable se sentará detrás del piloto en la planta de la cabina del Discovery que tiene ventanas, dispuesto para el vuelo. En la bodega de la nave irá su escueto equipaje permitido y al que no tendrá acceso durante el vuelo: "Un anillo, detalles personales que luego puedes regalar y 10 objetos institucionales que son unas banderas, unos banderines y un par de muñecos de mis hijos".

Los que estarán con el corazón en un puño viendo cómo sube el cohete hacia el cielo serán sus familiares. "Estarán mis padres, tíos, mi esposa, mis hijos...", dijo. El más pequeño de los Duque, un bebé que nació hace un mes, será el único inconsciente del momento en que su padre entra en la historia de la astronáutica.

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