PNV y PSE rebajan sus exigencias para formar el futuro Gobierno vasco

La campaña vasca ha pasado de la crispación inicial a la relativa serenidad en su tramo final y, en este nuevo escenario, PNV y PSE han rebajado sus exigencias para formar un futuro gobierno. El candidato del PNV, Juan José Ibarretxe, apuesta de forma cada vez más clara por jugar todas las cartas: por un lado formar un Gobierno plural, con probable inclusión de los socialistas, y por otro mantener el diálogo con Euskal Herritarrok (EH) y la colaboración en Madrid con el PP. Otro ingrediente para la calma lo aportó ayer el portavoz de EH, Arnaldo Otegi, quien afirmó que ETA mantendrá la tregua sea cual sea el resultado electoral.

Otegi, cabeza de lista de EH por Guipúzcoa, anunció que cualquiera que sea el resultado de las elecciones del domingo, "ETA no modificaría su criterio para mantener o no la tregua". Es más. Otegi precisó que el alto el fuego de ETA "no tiene nada que ver" con los comicios y tampoco está condicionado a la formación de un Gobierno vasco nacionalista, sino que es una decisión de "mucho más calado". Otegi pretende, con su declaración, quitar la espada de Damocles que ha pesado sobre los partidos democráticos en el tramo inicial de esta campaña: el temor a que un futuro Gobierno vasco, con participación del PP o PSOE, fuera esgrimido por ETA como una excusa para romper la tregua. Otegi dijo ayer que "ETA respetará escrupulosamente lo que los vascos decidan".

Así las cosas, Juan José Ibarretxe, el candidato del PNV, cree compatible un Gobierno vasco plural, con el PSOE o el PP, con su presencia en la Mesa de Estella, en la que el PNV participa con EH, Eusko Alkartasuna (EA) e Izquierda Unida (IU). Defendió este escenario incluso antes de que Otegi notificara ayer que ETA no condicionará la formación del próximo Gobierno vasco.

El PNV, sobre la base de unos resultados sin variaciones espectaculares sobre los actuales, tal y como marcan todas las encuestas, diseña un panorama plural que le beneficia y que empieza por el mantenimiento del actual gobierno tripartito vasco. El PNV prefiere al PSOE antes que al PP como socio no nacionalista en el Gobierno vasco porque esta fórmula no le ata las manos con el partido gobernante en Madrid, con el que pretende mantener su alianza parlamentaria mientras dure la legislatura.

Pierde peso, por tanto, la hipótesis de formar un Ejecutivo exclusivamente nacionalista entre el PNV y EA, con el apoyo exterior de EH o incluso IU hasta las elecciones municipales. Ante todo, por la inestabilidad de la fórmula. También cuenta, en los cálculos del PNV, el previsible descenso de EA, perjudicado por el ascenso de EH por su protagonismo en el incipiente proceso de pacificación. La mejor prueba de ello es que el líder de EA, Carlos Garaikoetxea, ha acentuado en el tramo final de la campaña sus críticas contra EH.

El Partido Socialista de Euskadi trata además de facilitar el proceso con su disposición, hecha pública ayer por Nicolás Redondo Terreros, a formar gobierno con el PNV. Redondo Terreros dijo que estaba dispuesto a entrar en el Gobierno vasco si el PNV aceptaba negociar un acuerdo sobre el proceso de pacificación, la pluralidad cultural de Euskadi -como la gestión del euskera- y existía una lealtad política. Con esta oferta, realizada antes de la jornada electoral, Redondo trata de preparar con dignidad una posible participación en el Gobierno vasco sin reproches por su salida del mismo, en junio, en protesta por la política de "coincidencias parlamentarias" entre el PNV y EH.

Ibarretxe está dispuesto a hacer compatible un Gobierno vasco con participación de no nacionalistas, que defienden la Mesa de Ajuria Enea y rechazan el Pacto de Estella, con los objetivos de este último foro, que comparte con EH, EA e IU. El candidato del PNV pretende resolver esta aparente cuadratura del círculo por la vía de la síntesis: a través de una nueva mesa con todos los partidos vascos, incluida EH, que convocará si es investido lehendakari. Esta nueva mesa será el final de las de Ajuria Enea y Estella. Pero antes, ETA tendrá que confirmar el fin de la violencia.