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Entrevista:

GEORGE IBRAHIM DIRECTOR DE ESCENA "Fuenteovejuna" trata la libertad de las mujeres y la de todos los hombres"

Margot Molina

Lleva al frente del teatro Al-Kasaba de Jerusalén (Palestina) más de un cuarto de siglo y todavía está convencido de que el teatro es un arma política, un arma de la que no se puede prescindir. George Ibrahim (Palestina, 1945) es actor, director y dramaturgo y, además, es quien consigue que las obras que monta su compañía puedan verse en teatros de todo el mundo. Ibrahim está en Sevilla porque el director del Centro Andaluz de Teatro, Emilio Hernández, le ha convencido para que se embarque en un aventura: montar Fuenteovejuna, de Lope de Vega, con actrices palestinas y andaluzas. Sólo con mujeres. La obra, cuyos ensayos han comenzado esta semana, se estrenará en enero en el teatro Central de Sevilla. Pregunta. ¿Qué pensó usted cuando le propusieron hacer Fuenteovejuna sólo con mujeres? Respuesta. Al principio, pensé que era una locura, pero después, cuando Emilio Hernández me explicó más sobre su proyecto, pensé que era una buena locura. Acepté el reto porque Fuenteovejuna trata la libertad de las mujeres y la de todos los hombres. Nosotros, que todavía somos un territorio ocupado y nos falta libertad, entendemos eso muy bien. P. ¿Puede interpretar una mujer al comendador, con toda la carga de abuso de poder que tiene el personaje? R. Si, si es una buena actriz lo puede hacer mejor que un hombre. Puede pensar dónde están los puntos débiles del hombre. La interpretación que propone Emilio parte de que la actriz mire con mucha distancia al personaje que encarna. P. El director del CAT y usted han elegido a las cuatro actrices palestinas que participarán en el montaje, ¿por qué ellas? R. Son cuatro actrices de la compañía con mucho talento que, además, cantan y bailan. Creo que será duro para ellas habituarse a España, pero estamos acostumbrados a viajar. Ahora vengo de París, donde estamos coproduciendo Sacco y Vanzetti. P. ¿Han representado ustedes alguna obra española? R. Hemos hecho Bodas de sangre, de Lorca, uno de mis autores favoritos y también Los árboles mueren de pie, de Alejandro Casona. La verdad es que no conozco demasiado el teatro español, salvo lo que pude ver hace ocho años cuando mi compañía participó en el Festival de Teatro de Motril. P. ¿Cree que el teatro debe estar al servicio de la política? R. Si, si el teatro es bueno, de lo contrario es sólo propaganda. Cuando Israel tomó Palestina no teníamos ni radio, ni televisión, ni periódicos, el único modo de expresarnos era a través del teatro y lo usamos para que la gente se enterase de todos los problemas. Hemos ido renovando los temas, pero seguimos estando ocupados y es un problema que debemos reflejar.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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