La Casa Blanca apoya enjuiciar a los responsables de crímenes
De modo indirecto, la Casa Blanca apoyó ayer la orden de detención contra Pinochet dictada por el juez Garzón. "Sin querer entrar en detalles", dijo Joe Lockhart, portavoz de la presidencia norteamericana, "creemos que todos los que han cometido crímenes deben comparecer ante la justicia", quien, no obstante, insistió en que es "un asunto interno británico y español". La detención del exdictador se corresponde con la reciente evolución del derecho internacional, según los juristas de Estados Unidos consultados ayer por EL PAÍS, que subrayaron que los sospechosos de terrorismo o genocidio no pueden ampararse en la inmunidad diplomática o la amnistía concedida en sus países de origen. "Pinochet está acusado de crímenes contra la humanidad y, según el precedente jurídico internacional sentado por la persecución de los criminales nazis y refrescado por lo ocurrido en Ruanda y Bosnia, cualquier país puede detenerle y juzgarle", declaró Victor Le Vine, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Washington de San Luis. Le Vine rechazó el argumento de que el general tiene inmunidad diplomática. "Pinochet", dijo, "no es una agente diplomático chileno, no está acreditado como diplomático en el Reino Unido y no pasaba por Londres de camino a una misión diplomática en otro país".
Garzón, cuyo perfil publicó ayer en primera página The New York Times, fue aplaudido por los juristas norteamericanos. "Los Gadaffi de este mundo van a tener mucho miedo a partir de ahora a salir de sus países", dijo Robert Drinan, profesor de Derecho Internacional de Georgetown y especialista en el régimen de Pinochet. "Garzón ha actuado según el principio de que los terroristas no pueden tener santuarios, son los equivalentes modernos de los piratas que cualquiera tiene derecho a capturar y juzgar", dijo Samuel Buffone, un abogado de Washington que representa a víctimas de Pinochet.
EE UU, recordaron los expertos, se reserva el derecho de detener en el extranjero y trasladar a su país a los sospechosos de secuestros o atentados terroristas contra ciudadanos norteamericanos por procedimientos mucho más radicales que los empleados por el juez español.
Satisfacción de Jospin
Mientras, y fuera de toda reserva diplomática, el primer ministro francés, Lionel Jospin, se felicitó ayer por la detención del antiguo dictador chileno, informa José Luis Barbería desde París. "Para un hombre como yo, que siguió el golpe de Estado en Chile y el suicidio de Salvador Allende, ésta es una noticia estupenda que hace justicia", afirmó el primer ministro. Jospin añadió que el arresto de Pinochet resulta igualmente positivo en la medida en que muestra a "los responsables de los crímenes perpetrados bajo las dictaduras que no pueden contar con la impunidad".
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