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El gol de la palanca

Mábel Galaz

Raúl lo ha bautizado como "el gol de la palanca". Fue el que marcó el sábado en La Romareda. Un balón que llegó a la portería de Juanmi de vaselina pero ejecutado por su autor con el empeine. "Yo por eso le llamo el gol de palanca. No sé cómo explicarlo", cuenta Raúl, que para ayudarse en el relato levanta la pierna. "Meto el pie debajo del balón, como arqueándolo con el empeine. No sé, es muy difícil de contar". Lo que sí sabe Raúl es que ese gol ha sido uno de los más importantes de su vida porque su ejecución fue de vaselina -como a él le gusta marcar- y porque lo logró en La Romareda, el campo donde debutó.

Dentro de dos semanas, Raúl cumplirá su cuarta temporada en Primera División. Fue precisamente ante el Zaragoza donde Jorge Valdano le dio la oportunidad de debutar. En este tiempo, a Raúl le ha cambiado la vida pero tantas cosas nuevas no le han hecho olvidar su pasado. "En Zaragoza siempre nos hospedamos en el mismo hotel, por eso cuando llegué el viernes a la concentración recordé a aquel chaval que era yo y los nervios que sentía ante la posibilidad de jugar con el primer equipo".

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Raúl no ha perdido la ilusión que tenía ese chaval. Ni los millones ni la fama han podido con él. Ése es quizá el secreto de su éxito y de la jugada que se inventó en Zaragoza. "El gol de la palanca aprendió a hacerlo en el colegio de San Cristóbal de los Ángeles, donde vivíamos antes", recuerda orgulloso Pedro, su padre. "Muchas de las cosas que hace Raúl en el campo vienen de esa época. Raúl jugaba en el colegio al fútbol sala, y en casa con su hermano. Esas vaselinas, esa forma de elevar el balón con el empeine, las aprendió allí".

Raúl vive del gol, sobre todo de los goles difíciles. "Si veo que puedo intentar una vaselina pruebo suerte, no me lo pienso dos veces. Todo es cuestión de estar pendiente del portero. Reconozco que me gustan las jugadas difíciles y siempre que puedo las intento".

En su memoria están registrados algunos de esos goles que hablan de la magia de Raúl. Como el que marcó en noviembre de 1994 al Atlético de Madrid, en su primer partido en el Bernabéu. O el segundo de los dos que logró también ante el Atlético pero esta vez en el Calderón, en enero de 1996. O aquél ante la Real Sociedad en septiembre de 1997, otro de vaselina como el que repitó un mes después ante el Sporting, un gol tan espectacular que fue comparado con los de su ídolo Maradona. Él lo recuerda: "Recibí la pelota de Seedorf, retrocedí y pensé en darle con el exterior del pie para que fuera al palo largo. Aunque era dificíl, sólo podía hacer eso y me salió". También Zubizarreta vio pasar el balón sobre sucabeza, impulsado por Raúl en el Bernabéu.

Este año lleva seis goles en seis partidos de Liga y mantiene su objetivo de llevarse el trofeo al máximo realizador. "Tengo buenas sensaciones y a eso me ayuda que físicamente me encuentro muy bien". Raúl está aparentemente más delgado aunque los médicos del Madrid explican que en a báscula pesa lo mismo; pero sí reconocen que ha cambiado grasa por músculo con un plan específico de preparación. Además, Raúl se siente más seguro porque han quedado a un lado las especulaciones sobre su vida. "Me gusta que los dos máximos goleadores seamos nacionales. Es que somos los mejores", proclama.

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Sobre la firma

Mábel Galaz
Fue la primera mujer en pertenecer a la sección de Deportes de EL PAÍS. Luego hizo información de Madrid y Cultura. Impulsó la creación de las páginas de Gente y Estilo. Ha colaborado con varias cadenas de televisión y con la Cadena Ser. Ahora escribe en El País Semanal.

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