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Los mercados de Asia empiezan a salir del letargo

La decisión de la Reserva Federal de EE UU, por segunda vez en 15 días, de bajar un cuarto de punto sus tipos de interés desencadenó el jueves una verdadera euforia en las bolsas asiáticas. En toda la región, los índices subieron como la espuma, desde Hong Kong (9%) hasta Bangkok (8,1%). El hecho parece confirmar la inversión de la tendencia que comenzó a finales de septiembre. Desde entonces, la Bolsa de Hong Kong ha ganado un 24%, la de Manila un 17%, Singapur un 19%, Bangkok un 26%, Seúl un 23% e incluso Yakarta, "el alumno rezagado de la región", ha ganado un 17%.

¿Ha quedado atrás la crisis? En agosto, cuando el Gobierno de Hong Kong compraba precipitadamente miles de millones de dólares en acciones para pillar a contrapié a los especuladores, no faltaron voces que predecían el fin de un mercado financiero que de golpe pasó a estar bajo la firme autoridad comunista.

Como una señal de que, a pesar de los clamores, el oportunismo de los inversores es más tenaz que su apego a los grandes principios del mercado, desde las intervenciones del Gobierno el índice Hang Seng ha ganado un 46%. Y con unos volúmenes que no dejan de crecer gracias a la afluencia de dinero contante y sonante.

¿Se trata de un fogonazo o de un viraje decisivo? Porque, una vez más, los fondos de inversión tal vez no sean totalmente ajenos a estos movimientos planetarios. Y tras sus tomas de posición masivas, desplazando miles de millones de dólares tanto en una dirección como en la otra, resulta difícil descubrir las tendencias de fondo y los cambios de estrategia.

En Hong Kong, los índices del mercado de futuros que determinan el nivel en el cual, según los operadores, estará la Bolsa a finales de cada mes se encuentran, por primera vez, por encima de los índices actuales. Una señal de que este cambio de tendencia es algo distinto a una mera calentura. Además, la especulación a corto plazo está prácticamente ausente de la Bolsa, como lo indica el fuerte descenso del número de posiciones abiertas en el mercado.

De hecho, parece que la caída del dólar frente al yen desencadenó claramente un círculo "virtuoso" en la región. Al no sufrir ya las presiones vendedoras sobre su moneda, los bancos centrales pudieron, de Seúl a Bangkok, bajar sus tipos de interés. Como este descenso de los tipos beneficia a las empresas, la Bolsa subió y los capitales extranjeros empezaron a volver, lo que, de nuevo, permitió acelerar la bajada de los tipos.

El círculo vicioso que desde 15 meses atrás había provocado un efecto concatenado entre la caída de las monedas y de las bolsas, tiene hoy el efecto inverso. Las monedas asiáticas están estabilizadas y el diferencial de los tipos de interés oficiales respecto a los tipos estadounidenses, que determina la "prima de riesgo" que reclaman los inversores en la región, está en vías de reducirse. Las monedas han vuelto a unos niveles olvidados hacía tiempo. El bath tailandés se cambia ahora a 37,90 por dólar estadounidense y la rupia indonesia a 8.450 por dólar. Además, los fondos de inversión estadounidenses y europeos, que para enfrentarse mejor a las amenazas que pesan sobre los mercados habían conservado sus posiciones en efectivo, empezaron a transferir fondos hacia la región.

Grandes intermediarios del ámbito financiero, como ING Barings, SG Securities y CLSA (Crédit Lyonnais Securities Asia), confían hoy en ver regresar a los mercados a inversores institucionales que los abandonaron el año pasado.

Por supuesto, habrá sacudidas, tomas de beneficios y tomas de conciencia de que la economía real en el sureste asiático sigue estando en crisis. Sobre todo, porque la decisión de la Reserva Federal de EEUU revela, ante todo, las inquietudes de su presidente, Alan Greenspan, sobre el estado de salud de los fondos de alto riesgo y sobre la liquidez de la economía estadounidense.

Pero "entre el fuerte descenso de los tipos de interés en la región, la estabilización de las monedas y la afluencia de capitales, hacía mucho tiempo que el contexto inversor no era tan favorable", explica Miron Mushkat, director de estrategia en Hong Kong de la filial de gestión de CA Indocam Asia.

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