Pujol duda entre adelantar las elecciones autonómicas a marzo o agotar la legislatura

Jordi Pujol bascula entre anticipar las elecciones autonómicas a marzo de 1999 o agotar la legislatura catalana e ir a las urnas en noviembre de ese año. El presidente de la Generalitat de Cataluña se inclina por la primera opción, aunque el creciente número de partidarios de la segunda en las filas nacionalistas le está empujando a reconsiderar su planteamiento inicial, según fuentes del Gobierno catalán. Pujol confirmó ayer a Antena3 que "hay opiniones contrarias" a su deseo de celebrar los comicios en marzo.Esas opiniones contrarias empezaron a surgir entre los alcaldes de CiU, los cuales prefieren dedicarse ya a partir de ahora y de forma exclusiva a la preparación de sus respectivas campañas para las elecciones municipales de junio de 1999. Dejar las autonómicas para noviembre permitiría a estos alcaldes aprovechar la totalidad de la maquinaria electoral nacionalista para sus campañas y, luego, dedicarse también de pleno a la campaña autonómica.

En las últimas semanas, un buen número de dirigentes nacionalistas, así como algunos miembros del Gobierno de Pujol, han engrosado las filas de los partidarios de agotar la legislatura. Éstos apoyan su opinión en la buena puntuación que el rival socialista de Pujol, Pasqual Maragall, obtiene en las encuestas. Dando largas a la cita con las urnas, según esta opinión, los nacionalistas podrían esperar una cierta devaluación de la imagen de Maragall, al tiempo que podrían rentabilizar electoralmente los frutos de determinados proyectos y primeras piedras (tercera pista del aeropuerto de Barcelona, AVE...) que en marzo aún no se habrán materializado y en noviembre probablemente sí.

No obstante, fuentes próximas a Pujol aseguran que éste sigue inclinándose por marzo y que ésta será la opción definitiva si se cumplen algunos requisitos. Uno, que la pugna interna que mantienen los dos partidos coligados en CiU por la confección de las candidaturas municipales quede cerrada antes de Navidad. Dos, que el presidente del Gobierno, José María Aznar, desoiga a los asesores que le aconsejan adelantar las legislativas y celebrarlas conjuntamente con las municipales de junio. En tal caso, las autonómicas catalanas quedarían convertidas en una suerte de primarias de las generales, posibilidad que horroriza a los nacionalistas. Y tres, que la escena política siga centrada en torno al debate sobre la estructura del Estado y el encaje de Cataluña en España, terreno en el que CiU y especialmente Pujol se mueven como peces en el agua.

Si adicionalmente las fuerzas nacionalistas creciesen en las autonómicas vascas y eso contribuyera a levantar la moral de combate de las huestes de CiU, agregan las mismas fuentes, la fecha de marzo sería prácticamente indiscutible.