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Un juez prima la varonía en la sucesión de un condado

Ser varón sigue siendo más importante que nacer antes, al menos eso es lo que considera la Justicia en lo que a heredar títulos nobiliarios se refiere. El pasado mes de junio, el juez Eduardo José Gieb Alarcón rechazó la demanda presentada por Paz González de Aguilar para que fuera a parar a sus manos el título familiar del condado del Águila, que ahora ostenta su sobrina. La demandante consideraba que el título de su padre y que data de una concesión de Felipe V en 1729 debía ser suyo después de la muerte de su hermano menor, Tello González de Aguilar en 1994, quien falleció sin dejar un heredero varón y el condado pasó a una de sus hijas. Paz González de Aguilar buscó apoyo en la Constitución y pidió que se reconociera su primogenitura (nació en 1931 y su hermano dos años más tarde), a pesar de que en vida del conde del Águila nunca había mostrado especial interés por el título. La abogada de la actual condesa, Concha del Toro, buceó a su vez en la jurisprudencia y encontró varias sentencias (una de ellas de Francisco Tomás y Valiente) y del Tribunal Constitucional en las que se afirma que el carácter privado y tradicional de la herencia de títulos nobiliarios no choca con los principios de igualdad consagrados en la Carta Magna española. Así se quedó.

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