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ELECCIONES EN EL PAÍS VASCO

El Gobierno acepta sentarse a una mesa con HB tras las elecciones si renuncia a la violencia

Miguel González

El Gobierno está dispuesto a sentarse en una mesa en la que participe Herri Batasuna tras las elecciones vascas del próximo día 25, siempre que rechace el uso de la violencia para conseguir objetivos políticos y sin exigirle, en cambio, que condene los atentados cometidos hasta ahora por ETA. En esa línea el Ejecutivo tiene prácticamente decidido "un gesto" limitado y reversible con los presos etarras antes de la cita electoral. Dicho gesto, según algunas fuentes, sería la contrapartida a otro "no público" por parte de la banda terrorista, que ya se podría haber producido.

Fuentes gubernamentales indicaron ayer que el PP aceptaría participar en una mesa de Ajuria Enea "renovada y actualizada", de la que formara parte HB, si la convoca el nuevo lehendakari, previsiblemente el peneuvista Juan José Ibarretxe, tras las elecciones del domingo 25. La condición que pone el Gobierno para dialogar con Euskal Herritarrok -nombre bajo el que se presenta HB a las elecciones- es que acepte las reglas del juego democrático y el veredicto de las urnas, renunciando definitivamente a la violencia. En cambio, el Gobierno no le pedirá que condene los atentados cometidos hasta ahora por ETA, por considerar que esta exigencia podría bloquear el proceso y que lo prioritario es consolidar la paz.Respecto al traslado de reclusos de ETA a cárceles próximas a Euskadi, probablemente esta misma semana, según fuentes de Interior, desde el Ejecutivo se señaló que se trata de volver a poner en marcha el acercamiento individualizado que se interrumpió el pasado mes de abril, sin cuestionar por ahora el conjunto de la política penitenciaria. Las mismas fuentes indicaron que estos acercamientos, de carácter humanitario, serían limitados y reversibles, por lo que podrían revisarse si el proceso de paz se frustra. Miembros del Gobierno insistieron ayer en el carácter unilateral de esta medida, que se da por hecha, mientras que otros la condicionaron a un gesto recíproco "de la otra parte". Estos últimos señalaron que dicho gesto de ETA "no tiene por qué ser público" y no descartaron que se haya producido ya.

Confianza

En todo caso, el Gobierno trasluce actualmente una confianza en el carácter definitivo de la tregua muy superior a la que mostraba hace pocas semanas, lo que indica que ha recibido datos en esta dirección. En medios gubernamentales se afirmaba ayer que el proceso de pacificación de Euskadi podría ser muy rápido, comparándolo con el desmoronamiento del bloque soviético tras la caída del muro de Berlín. Aunque se niega oficialmente la existencia de cualquier comunicación directa o indirecta con ETA, el Ejecutivo conoce la voluntad de la actual dirección etarra de evitar por todos los medios cualquier escisión de partidarios de seguir los atentados.Por lo que se conoce, el único mensaje de ETA, tras el comunicado público del pasado 16 de septiembre en el que anunció la tregua, fue el dirigido hace unos días a los partidos y organizaciones firmantes de la declaración de Lizarra durante su reunión en Saint Jean de Pied de Port (Francia).

Este comunicado, que fue quemado tras su lectura, iba más allá que el escrito en el que anunciaba el alto el fuego al plantearse una renuncia definitiva a las armas, según quienes lo conocieron. También abona esta tesis el que HB no base su estrategia política en el resultado de las elecciones del 25-O, sino en las municipales de junio de 1999, por lo que al menos hasta ese fecha debería mantenerse la tregua.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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