Una empresa compró terrenos en Almassora un año antes de convertirse en un polígono industrial
Una empresa de extracción de áridos, Arcillas Atomizadas SA, adquirió en marzo de 1996 unos terrenos en la partida Boverot, en Almassora, donde más de un año después se anunciaría la ubicación de un polígono industrial. La arcilla es uno de los elementos fundamentales para la fabricación de todo tipo de baldosas cerámicas. Además del movimiento vecinal causado por el lugar elegido para el polémico polígono, el proyecto también ha tenido consecuencias políticas. El enfrentamiento entre dos alcaldes del Partido Popular, Vicente Vilar (Almassora) y Manuel Vilanova (Vila-real), fue zanjado por el presidente provincial, Carlos Fabra.
Los órganos sociales activos de Arcillas Atomizadas -que ya tiene una planta en Onda- están ocupados por empresarios de varias firmas azulejeras con lo que la industria se puede definir como una empresa de empresas. El conocimiento de la compra de terrenos en 1996, inscrito en el Registro de la Propiedad, avala la sospecha declarada por los vecinos de la partida Boverot que denunciaron la existencia de intereses creados por parte del alcalde de Almassora, Vicente Vilar (PP), para la fijación de este lugar como el idóneo para la ubicación del polígono industrial. La Asociación de Vecinos Santa Quiteria-Boverot acusó a Vilar de abanderar unas instalaciones que causarían un importante impacto ambiental en un paraje delimitado por la Rambla de la Viuda, la autopista A-7, el eje Betxí-Borriol y el río Mijares, colindante con los límites de los términos municipales de Almassora y Vila-real. Los miembros de esta asociación iniciaron una campaña de protesta, en la que se incluyen concentraciones y la reunión de más de 3.000 firmas. Sin embargo, el alcalde de Almassora se ha mantenido imperturbable ante cualquier acusación o desaire de los vecinos. Según el portavoz del colectivo, Vicent Arnau, "Vilar incluso llegó a decir en un pleno que en el polígono no se instalarían atomizadoras, mientras ahora se demuestra no sólo que no es verdad sino que al menos una de ellas se dedica a la pasta blanca que es la que más contamina". Arnau asegura que Arcillas Atomizadas ha comprado alrededor de 200 parcelas en esta zona. "Por las que se compraron en 1996 se pagó entre 600.000 y 700.000 pesetas la hanegada mientras que ahora se está pagando cerca de tres millones de pesetas", mantiene, a la vez que afirma que de los cerca de 2,5 millones de metros cuadrados previstos se ha vendido ya cerca de 600.000 metros cuadrados. Además del movimiento vecinal, el polémico polígono ha tenido consecuencias políticas. Dado que algunos de los afectados pertenecen al término municipal de Vila-real, el alcalde de la localidad, Manuel Vilanova (PP), se hizo eco de las quejas de sus vecinos y manifestó su postura contraria al parecer de su compañero de partido en Almassora. Vilanova aseguró que pediría a Vilar el traslado del polígono y se mostró a favor de una ubicación alternativa. Su postura sólo se mantuvo hasta la intervención del presidente provincial del PP y presidente de la Diputación, Carlos Fabra. Las reuniones entre ambos llegaron a ser mencionadas en una comisión electoral del PP y en una nota de información oficial de los populares en la que las calificaba de "altamente satisfactorias". A esto, el escrito añadía que los encuentros "dejan patente que las discrepancias surgidas entre algunos sectores de estos municipios han quedado cerradas". A partir de entonces Manuel Vilanova varió su postura y justificó su posición favorable al polígono ante la inclusión de zonas verdes y la petición de normas de protección ambiental que extremen las precauciones para evitar vertidos. La exposición pública del Plan General de Ordenación Urbana de Almassora, que incluía la decisión de instalar el polígono en la partida Boverot, tuvo lugar en el verano de 1997. Según Vicent Arnau, pese a que el informe municipal de impacto ambiental ha sido favorable, todavía está pendiente el correspondiente a la Consejería de Medio Ambiente. El lugar elegido tiene a sus alredores unas 2.000 viviendas. Los vecinos de la zona admiten que algunas de ellas se levantaron sin licencia municipal, a lo que añaden que ha existido permisividad en aquellas que fueron construidas hace más de cinco años. Para ellos el lugar correcto se sitúa junto al polígono ya existente, denominado Ramonet.
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