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Estatuto del Político vasco frente a cuenta corriente

Los diputados vascos seguirán cobrando, al margen de su salario, entre dos y tres millones de pesetas que no tributar a Hacienda. Un lujo. Y una dejadez. El 16 de julio de 1996 los miembros de la ponencia que estudiaba el Estatuto del Político vasco, una de las prioridades que se marcaron al inicio del curso, se vieron envueltos en una fuerte polémica. El borrador del estatuto incluía un apartado en el que los diputados se atribuían pensiones de jubilación vitalicias con tan sólo estar una legislatura en el escaño. Nadie quiso dar la cara y defender lo que habían acordado en privado, y la vergüenza que les produjo su propio acuerdo bloqueó la ponencia y, de paso, paralizó la regularización de sus salarios. Libre de impuestos En el Estatuto del Político se incluía un apartado en el que los grupos parlamentarios estaban de acuerdo en dejar de percibir las dietas y gastos de locomoción, entre dos y tres millones de pesetas, como dinero que no tributaba a Hacienda para incluirlo en el salario. La interpretación de que con esa medida los parlamentarios perseguían subirse los sueldos, en algunos casos hasta un 40%, acabó de complicar el futuro de ese documento que perseguía actualizar el estatus de los cargos públicos y racionalizar su figura. El Parlamento perdió con su altruista apuesta por las jubilaciones de oro, una buena oportunidad de acabar el estatuto y dotarse de una regulación moderna que actualizara e hiciera más transparentes sus relaciones con la Hacienda. Lejos de arriesgar, los partidos tendrán que esperar hasta el próximo año para ver regularizadas esas relaciones; eso si algún partido se lo propone al inicio de la legislatura al presidente de esa comisión. Un parlamentario cobraba al concluir la legislatura, 4,3 millones de pesetas brutas al año, los secretarios 6,4 millones, los vicepresidentes 8 millones y el presidente 11,7 millones. Los miembros de la Cámara reciben además, sin tributar a Hacienda, entre dos y tres millones de pesetas anuales en concepto de dietas y gastos de locomoción. Concretamente, los 19 parlamentarios que residen en Álava reciben cada uno 1,3 millones por dietas, más 672.960 pesetas por gastos de locomoción. Los 22 de Guipúzcoa cobran 2,3 millones cada uno, más las 672.960 por locomoción, y los 28 de Vizcaya, 2 millones, más la misma cantidad que el resto de sus compañeros por locomoción. Las dietas las reciben acudan o no a los plenos y comisiones, y también las ingresan en sus cuentas durante los dos meses de vacaciones.

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