Derroche

El otro día, viendo un programa de televisión, me vino a la mente un hecho que llevo mucho tiempo luchando con él dentro de mí: el derroche de comida. Este verano, trabajando en un gran parque temático, acabé de sensibilizarme con este tema, ya que en múltiples ocasiones me encontraba prohibiendo la entrada de comida, que, posteriormente, hallaba a la recogida de basura; bolsas llenas de bocadillos, latas y comida en general sin abrir. Intacta. En el estómago se me hacía un revoltijo...Como muchas otras personas (que conserven un poco de sensibilidad), me hago esta pregunta: ¿No podríamos ser menos egoístas e intentar al menos no tirar la comida porque... "yo estoy lleno"? Ya no digo colaborar en alguna ONG u otra organización, sino, sencillamente, no despilfarrar un elemento tan vital que, haciendo este mal uso, ayudamos inconscientemente y día a día a apagar la llama de alguna persona o niño que el destino le ha llevado al Tercer Mundo. Y tampoco hace falta irse tan lejos. Quién sabe si en nuestro barrio o incluso en nuestra casa vecina existe alguien que desearía coger esas barras de pan que la gente tira para poder entrar a divertirse...

Creo que, partiendo de la base de este pequeño gran detalle y sin tener que dar nada económicamente, podemos aportar de este modo nuestro granito de arena y conseguir tal vez que algún niño lejos (o no) de nosotros vuelva a sonreír.- .