La ausencia de los socialistas impide debatir la ley de parejas en Francia

Las parejas no casadas y los homosexuales franceses tendrán que esperar un par de semanas más a que la Asamblea apruebe el Pacto Civil de Solidaridad (PACS), que les equipara a los matrimonios en una serie de derechos fiscales, sociales y laborales. La derecha logró ayer posponer el debate con una moción sorpresa de retirada del proyecto de ley que pilló prácticamente vacíos los escaños de la izquierda.

Los gritos de júbilo de los diputados conservadores pusieron el cierre a la agitada y efímera sesión, mientras diputados de uno y otro signo se enzarzaban airadamente en un cruce de acusaciones poco caballerosas. En medio del tumulto, en el tono sereno que le caracteriza, la ministra de Justicia, Elisabeth Guigou, anunció que el Gobierno volverá a presentar el texto con la máxima urgencia."Nuestra voluntad de arreglar un problema social que afecta a casi cinco millones de personas permanece intacta", declaró la ministra. A media tarde, el ministro encargado de las relaciones con el Parlamento, Daniel Vailland, anunció que el Ejecutivo presentará inmediatamente una nueva proposición de ley, de forma que pueda ser debatida en la Cámara a partir del 24 o el 25 de este mes. El Gobierno y los partidos de la "izquierda plural" reconocieron que fueron cogidos por sorpresa, ya que ni siquiera habían previsto esa eventualidad. Pero la estratagema de la derecha contribuyó a poner de relieve el escaso entusiasmo que el PACS despierta en algunos diputados socialistas procedentes de zonas rurales. El fracaso tendrá previsiblemente consecuencias internas en el partido socialista, y, de hecho, el primer ministro, Lionel Jospin, amonestó a sus diputados ausentes diciendo que "cuando se tienen convicciones hay que movilizarse".

Hermanos y hermanas

Frente al criterio del Ejecutivo y de los redactores del proyecto de ley, buena parte de esos parlamentarios, ayer ausentes, proponen que los hermanos y las hermanas puedan acogerse al PACS. Creen que esa inclusión permitiría resolver muchos problemas de hermanos y hermanas que conviven bajo el mismo techo y que, además, contribuiría a diluir la acusación de socavar a la familia y a despojar al proyecto de las etiquetas de matrimonio bis o de matrimonio de homosexuales que ha acuñado la derecha.Pese a que teóricamente la "izquierda plural" está unida en torno al proyecto, el texto resulta embarazoso a más de un diputado. El Gobierno y el propio primer ministro vienen subrayando que no existe en la ley nada que pueda ser asimilado a un matrimonio, y que la posibilidad de la adopción para las parejas de homosexuales están excluida.

La proximidad del fin de semana y la perspectiva de un largo debate que podía prolongarse hasta entrada la semana próxima, vista la táctica obstruccionista de la derecha, que presentó cerca de 900 enmientas, contribuyó a bajar la guardia a la mayoría parlamentaria.

En todo caso, lo ocurrido en la Asamblea muestra a una izquierda confusa y despistada, frente a una derecha aparentemente unida en la descalificación del proyecto. Eufóricos por la suspensión, los conservadores buscaron ayer minar la credibilidad de Lionel Jospin. "Es la primera derrota de Jospin: los socialistas están divididos", exclamaron.