_
_
_
_
EL DEBATE TRAS LA TREGUA DE ETA

Pujol dice que es hora de poner la Constitución en la mesa para dotar a Cataluña de más poder

Anabel Díez

Con voluntad política y sin demasiado esfuerzo todo es posible dentro de la Constitución, pero tampoco debe escandalizar la posible petición de que se reforme. Con esta reflexión, el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, no despejó ayer, en su entrevista en Madrid con Joaquín Almunia, en qué marco planteará mayores cotas de poder político para su comunidad. Eso sí, aclaró que pondrá sobre la mesa la Constitución para "releerla", y que el destinatario de sus demandas será el Gobierno que salga de las próximas elecciones generales. El líder del PSOE le alertó del riesgo de que CiU se contamine del estilo del PNV, y de que si Cataluña se sale del marco actual estatutario, "los demás pidan más y éste sea un cuento sin fin".

Más información
Vuelta a la Hispanidad
Piqué replica al líder de CiU que "España es una nación"

La reunión entre Joaquín Almunia y Jordi Pujol duró más de dos horas, y se celebró a iniciativa del secretario general del PSOE, que quería abordar con el líder de CiU, principal socio parlamentario del Gobierno de José María Aznar, la situación política creada tras el anuncio de la tregua de ETA. La conversación transcurrió en un "frugal" almuerzo en la delegación de la Generalitat en Madrid, según precisó Pujol, habida cuenta de que Almunia está a dieta. "Yo no", precisó el presidente catalán.Pujol no quiso avanzar demasiados pasos, toda vez que sus reivindicaciones no serán planteadas hasta que no haya un nuevo Gobierno en España -situó las elecciones generales en marzo del año 2000-. Pero aportó la pautas. "Si pensáramos que algo muy esencial para Cataluña no fuera viable dentro de la Constitución, no debemos renunciar a pedir su reforma", advirtió después de sentirse extrañado porque alguien pudiera escandalizarse ante tal demanda o como si la Carta Magna fuera un texto sacro.

Ahora bien, antes de hablar de reforma, Pujol apuntó la posibilidad de cambios sin tocar la Constitución. "Si hay voluntad política, lo que pide Cataluña cabe y es posible hacerlo con una nueva lectura de la Constitución". Dentro de año y medio, dijo Pujol situando sin titubear ese plazo como tiempo electoral, los nacionalistas catalanes pedirán "una lectura no forzada de la Carta Magna". Pujol implícitamente también da por supuesto que ganará las próximas elecciones de su comunidad y, por tanto, será el interlocutor del Gobierno central. El político catalán recordó a Almunia que necesariamente tendrá que haber cambios en su comunidad antes de que termine el 2001, ya que ese 31 de diciembre caduca su actual sistema de financiación, por lo que en junio de tal año tendrá que haber nuevos criterios. Eso en lo que respecta a su manera de financiarse, pero queda lo que Pujol llama el debate "del poder político". Tanto la financiación como esa segunda parte "quedan cortas para la vocación de Cataluña de pueblo diferenciado dentro de España".

Pujol escuchó de Almunia serios reproches por haber participado en las cumbres nacionalistas con el PNV y el BNG, que culminaron con la Declaración de Barcelona, y por haberse sumado, hace sólo hace un par de días, al encuentro organizado en Madrid por los nacionalistas vascos, con otras 11 fuerzas nacionalistas y regionales, donde el PNV explicó a los convocados sus negociaciones con HB y ETA. Almunia expresó a Pujol, además, su temor a que CiU "se contamine del estilo del PNV".

La principal diferencia entre CiU y el PNV, según palabras de Almunia, está en que los segundos nunca han aceptado la Constitución. "Nosotros siempre hemos procurado defenderla", dijo Pujol dentro y fuera de la reunión, aunque a partir de ahora comienza "un periodo constituyente". Este concepto para Pujol quiere decir que la Carta Magna debe estar ahora, no en una librería, sino "encima de la mesa, porque se va a trabajar sobre ella de manera constante". Ninguno de los dos entró a precisar qué quiere decir "releer" la Constitución, expresión utilizada por el presidente de la Generalitat. Almunia, por su parte, defendió sus tesis. "El futuro de Cataluña, el avance de sus demandas, no deben pasar por una reforma del marco estatutario, sino por su desarrollo, ya que mover el marco de tal forma que Cataluña se salga fuera, supondría el primer paso para que otras comunidades demanden más y, al tiempo, que Cataluña vuelva a pedir más para separarse de las otras, y esto es un cuento sin fin", dijo Almunia con gesto grave.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Pero ambos se habían reunido para hablar de la tregua. Pujol manifestó a Almunia su percepción de que el Gobierno de Aznar está "llevando bien el proceso". Y ambos coincidieron en que es más que probable que el alto el fuego sea irreversible.

En el terreno de los reproches, Almunia pidió a Pujol "respeto" para los dirigentes socialistas catalanes. Citó en concreto a Narcís Serra y a José Borrell, que suelen ser blancos habituales de las invectivas de CiU y del propio Pujol.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_