Libertad de expresión
Es un gozo la prosa directa y casi cortante de Almudena Grandes. Sus artículos, junto con otras columnas de EL PAÍS, son mi mayor motivo de sana dependencia hacia su periódico.Discrepo en un punto, sin embargo, del artículo Las virtudes de Camilla. Parece que la autora considera mayor la libertad de expresión en el Reino Unido que en España. Ha sido así históricamente, pero ahora no lo es, en mi opinión.
La forma del Estado se discute también en España -no ha dejado nunca de discutirse- y quizá el tono en el que generalmente se hace es más resultado de un consenso político, social y mediático que de restricciones legales.
La Monarquía española actual ha sido uno de los coprotagonistas reconocidos de la transformación política y social de nuestro país y ha colaborado felizmente, en gran medida, a que Almudena Grandes, brillante republicana, y yo, modesto monárquico, valoremos, más que nuestras discrepancias, nuestro común aprecio por la libertad. Y que yo siga admirando muy sinceramente todos sus trabajos.- .
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