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Un proyecto vanguardista convertirá la vieja Estación Sur en un polideportivo acristalado

La vieja estación de autobuses de Arganzuela, cerrada desde junio de 1997, sobrevivirá después del 2000 convertida en un centro polideportivo y cultural de aire modernista. Un "atrevido" proyecto, según el gerente de Urbanismo, Luis Armada, elaborado por seis jóvenes, ganó ayer el concurso convocado por el Ayuntamiento. La idea principal del plan es partir en dos el actual y oscuro edificio de dos plantas para dotarlo de luz natural y abrirlo al exterior. Los miembros del equipo triunfador, entre los que se cuentan tres estudiantes, tienen menos de 28 años.

Los triunfadores denominan a la columna vertebral de su plan "una calle interior de perfil quebrado". En el fondo, se trata de comunicar dos de las calles que rodean el edificio (Palos de la Frontera y Canarias) por medio de un pasadizo interior escalonado, lleno de cristaleras y bóvedas, que comunicará todas las nuevas dependencias. De esta forma, el edificio se abrirá hacia el exterior. La fachada actual es dura, compuesta sólo de hormigón y ladrillo. El proyecto prevé llenarla de ventanas.La reforma de la vieja Estación Sur llegará en auxilio de los aproximadamente 113.000 vecinos de Arganzuela, un distrito que no cuenta con más instalaciones deportivas públicas que canchas de baloncesto y fútbol sala al aire libre.

El nuevo centro conservará las dos plantas de la actual estación, aunque será necesario demoler un 25% del inmueble a fin de dejar hueco para el pasadizo. La nueva construcción contará en la planta baja con un centro cultural (con salón de actos, biblioteca, locales de ensayo) y un centro de ancianos (con sala de televisión, talleres y cafetería). En la primera planta se instalará la piscina cubierta, que contará con un acceso a una futura zona verde y albergará una pista de squash, un gimnasio, una sala de musculación, otra de rehabilitación y una pared especial para hacer escaladas en interior, además de vestuarios y una enfermería. En la segunda planta se colocarán las pistas cubiertas de baloncesto y balonmano, una zona para calentar y una segunda cafetería.

Mercedes de la Merced, del PP, tercera teniente de alcalde y presidenta del jurado que decidió ayer el futuro de la vieja estación, aseguró que el proyecto ganador "se eligió por sus facilidades para el acceso de minusválidos y por su calidad arquitectónica, sin mirar el presupuesto". De hecho, el polideportivo costará más de lo previsto. La empresa municipal Estación Sur de Autobuses cuenta con aproximadamente 800 millones, pero convertir este edificio inaugurado en 1971 en un centro cultural valdrá más de 1.000 millones. "Pero ya sacaremos al Ayuntamiento el dinero necesario", añadió De la Merced.

Equipo joven y novato

Federico Wulff, madrileño de 26 años, es el arquitecto del equipo ganador, que cuenta, además, con dos ingenieros y tres estudiantes de arquitectura. Ahora mismo, Wulff se encuentra diseñando su primer proyecto real: un chalé. Ayer le comunicaron que había ganado, junto con sus compañeros, un millón de pesetas y había recibido el encargo de diseñar, para principios del año que viene, los planos definitivos del futuro centro social de Arganzuela. El joven arquitecto confesó que ya se había presentado a algún concurso más, pero sin lograr nada. Ahora ha sido distinto. Su idea ha superado a la del estudio Isso Arquitectos, grupo que encabeza Rafael Torrelo Fernández, que diseñó la nueva Estación Sur de Autobuses, en Méndez Álvaro, pero que en esta ocasión se ha quedado en segundo lugar. Lo de la juventud del equipo triunfador fue elogiado por la concejal De la Merced: "Con esta convocatoria, a la que se presentaron 18 proyectos, queríamos animar a los estudiantes a que diseñen su ciudad".El gerente de Urbanismo, Luis Armada, miembro del jurado, definió el proyecto elegido como "revolucionario, divertido, original y atrevido". Otro miembro jurado, Clemente Torres, concejal de Arganzuela, del PP, reconoció que no entendía mucho de arquitectura contemporánea, aunque añadió que el proyecto le gustaba "muchísimo". "Sobre todo porque ahora hay unas 4.000 personas mayores inscritas en el actual centro de ancianos y no hay sitio para todas", explicó.

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