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La Superliga dará un vuelco al fútbol

Cambiarán las plantillas, la Copa, el valor de las retransmisiones, el calendario... y nacerá la quiniela europea

El fútbol, tal y como se conoce hoy, tiene fecha de caducidad. La gran Liga Europea, sea cual fuere el proyecto que se imponga finalmente, va a dar un vuelco a este deporte. Todos sus actores, principales y secundarios, se verán afectados.Con todo, antes de que el panorama cambie se va a asistir a una dura batalla entre los clubes por aceptar la fórmula de la UEFA -anunciada anteayer que permite la participación de 32 equipos en la fase final- o la de Media Partners, empresa que insiste en que la suya reporta mayores beneficios a todos.Los clubes españoles están divididos. Algunos bendicen la iniciativa del máximo organismo futbolístico europeo. Son los que no tenían asegurada su inclusión en el otro proyecto: todos menos Barça y Madrid. Pero el Barcelona, de momento, también apoya a la UEFA porque "asegura el equilibrio de la competición". Otros, como el Madrid, se muestran más escépticos y prefieren esperar hasta conocer la realidad económica de la oferta de la UEFA. En Italia, sin embargo, la mayoría de los clubes se ha mostrado a favor. Adriano Galliani, vicepresidente del Milan, declaró ayer: "Está en línea con lo que se ha pedido". En Inglaterra, el presidente de la Premier League señaló que la verdadera dimensión de lo que se ha decidido no se conocerá hasta diciembre, y no quiso pronunciarse tajantemente.. De cualquier forma, la ejecución del acuerdo adoptado anteayer por la UEFA revolucionaría el mundo del fútbol. Éstas son algunas de las consecuencias:

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Las televisiones. Su dinero es el origen de la revolución que viene. Habrá batalla, y dura, por poseer los derechos de la nueva competición. Los clubes no conocen los planes de la UEFA en este sentido, y detrás de la propuesta de Media Partners no se sabe realmente quién está, aunque se sospecha que se trata de un fuerte grupo europeo de comunicación. "Se vivirá un proceso similar al que se ha vivido en España con la Liga", cree José Ángel de la Casa, director de deportes de TVE. "A donde todo el mundo mira", añade, "es hacia la televisión de pago. Con las cifras que se manejan no hay otra vía. Se mantendrán unos partidos en abierto, pero no la mayoría". Otro punto de conflicto a la vista es la distribución de los ingresos. Lorenzo Sanz, el presidente del Real Madrid, no quiere hacer concesiones: "El Madrid quiere el dinero que genera". Núñez propondrá igualmente que se modifique el reparto; no está de acuerdo en que se premie por puntos conseguidos en las liguillas (105 millones por la victoria y 52,5 millones por el empate) y no esconde sus sospechas: a su juicio, "la forma idónea para repartir los beneficios sería valorar lo que aportan las televisiones de cada país".

La selección. Las exigencias competitivas de los clubes van a multiplicarse y de mala gana van a aceptar quedarse sin sus figuras por los compromisos de las seleccionales nacionales. Lorenzo Sanz, el presidente del Madrid, no tiene ninguna duda al respecto: "Estos cambios no pueden convivir con el marco actual, que perjudica claramente a equipos que aportan muchos jugadores a sus selecciones, como el Madrid". Si prospera la propuesta de la UEFA, los equipos van a encontrar un gran aliado frente a la FIFA: no aceptará que Rivaldo se pierda un partido de la Superliga por jugar un torneo con Brasil.

La Liga. Con 20 equipos no puede sobrevivir. La reducción es inevitable -dadas las nuevas exigencias del calendario, tendría que irse a 16-. Pero los conjuntos modestos van a dejarse la piel por evitarla. No obstante, Jesús Gil, presidente del Atlético, opina: "Si la UEFA obliga a la reducción de equipos, la Liga no se puede negar". Juan José Hidalgo, el dueño del Salamanca, uno de los clubes que aparentemente saldrían perjudicados si se acorta el número de equipos, afirmó: "Siempre votaremos que no a la reducción. Porque aunque nos salvásemos de bajar a Segunda, menos partidos para nosotros sería una ruina. ¡Si ya lo pasamos mal ahora en cuanto hay una fecha libre por culpa de la selección...!".

El calendario. La Liga de Fútbol Profesional ya tiene un plan para amoldarse al cambio: comenzar la competición a mediados de agosto, suprimir la promoción y proponer que la Copa se juegue a partido único hasta cuartos de final. Las jornadas pasarán, con tanto encuentro entre semana, al sábado. La sobrecarga de partidos empieza a tener detractores claros: los entrenadores. Por ejemplo, Van Gaal: "No sé si se podrán jugar tantos partidos en una temporada. Son 17 de Liga de Campeones, 38 de Liga, los de la selección, los que jugamos en Cataluña... La federación se tiene que adaptar y no sé si será posible. Me pregunto por qué no hay entrenadores en la comisión que se ha encargado de la reforma. Son importantes las razones económicas, pero también las deportivas".

Las plantillas. Van a crecer. Los entrenadores tendrán que manejar grupos de más de 30 futbolistas. Algo que elevará los costes. "Evidentemente", opina José María Arrate, "las plantillas tendrán que ser más competitivas y el concepto de la rotación de jugadores va a ser insalvable". Pero no todos los equipos soportarán tantos gastos. Eso puede dar una salida a la situación de bloqueo que tienen en la actualidad las canteras.

El jugador. Su vida deportiva será más corta. El aumento de partidos, ya no tanto en número sino en importancia le obligará a un esfuerzo físico y psicológico que le pasará factura. El riesgo de dopaje es patente.

Las quinielas. Surgirá la quiniela europea -"cualquier sistema de ingresos suplementarios será bienvenido", dijo ayer Sanz- y eso tendrá consecuencias nocivas para las apuestas nacionales de ahora.

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