Electores sin agua corriente votan en urnas electrónicas

Los habitantes de la favela Mangueira de Río de Janeiro apenas tienen agua corriente, pero los que votaron ayer lo hicieron en las sofisticadas urnas electrónicas que se distribuyeron en todo el país.En el Estado de Roraima, la población indígena recibió esta semana instrucciones sobre el funcionamiento del nuevo sistema de votación. Es un ejemplo más del Brasil de los contrastes, donde la modernización convive con el subdesarrollo. El 57,6% del electorado pudo hacerlo a través de estas urnas y los Estados de Alagoas, Amapá, Río de Janeiro, Roraima y Distrito Federal (Brasilia) votaron electrónicamente en su integridad.

Cada votante marca en un teclado el número del candidato, quien inmediatamente aparece en una pantalla con su foto, nombre y partido. Dos teclas -"corrige" y "confirma"- permiten subsanar los errores, y una tercera tecla -"branco"- está destinada para los votos en blanco. Muchos electores acudieron con una papeleta a modo de chuleta con los números de sus candidatos escogidos. Según explicaba el presidente de una mesa electoral del colegio Penedo, en Copacabana, el tiempo medio invertido por cada votante es de un minuto y medio, aunque no es descabellado pensar que en un país con un alto porcentaje de analfabetismo funcional muchos electores invirtieron un período muy superior.

El Estado de Río de Janeiro vivió las primeras elecciones totalmente informatizadas, lo que permitió a los 9,9 millones de electores conocer alrededor de las 2 de la pasada madrugada, hora española, el resultado final el primer turno.

Las autoridades electorales difundieron una serie de normas de comportamiento durante la jornada de votación. Por ejemplo, se podía acudir a los centros de votación con indumentaria con propaganda electoral, como camisetas. No se podía votar, en cambio, en traje de baño, prenda que en Río de Janeiro los ciudadanos utilizan para un sinnúmero de actividades. La Policía no puede practicar ninguna detención hasta 48 horas después de la votación, a excepción de aquellos ciudadanos sorprendidas en un delito flagrante.