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TREGUA DE ETA

ETA comunicó por carta a los partidos su compromiso con la Declaración de Lizarra

La dirección de ETA transmitió por carta a las fuerzas políticas y sociales firmantes de la Declaración de Lizarra su compromiso de apoyar decididamente el proceso de paz que este acuerdo iba a iniciar. Aunque con buen cuidado de no pronunciar la palabra "tregua", la organización terrorista envió su garantía escrita a los grupos que suscribirían en la localidad navarra de Estella el documento previamente pactado por el Partido Nacionalista Vasco y Herri Batasuna. "Si todos trabajamos con sinceridad, nosotros asumiremos con todas sus consecuencias nuestra responsabilidad y nuestra parte en la resolución de este conflicto", prometieron los etarras días antes del 12 de septiembre.

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En la misiva, de folio y medio de extensión y rematada con el sello de ETA, los jefes de esta organización recalcaban: "Se trata de un momento histórico para seguir comprometiéndose en profundizar en la cuestión nacional". Sólo con esa certeza de que la vía emprendida iba a tener una respuesta positiva e inmediata por parte de ETA pudieron el PNV, EA e IU dar el paso, en vísperas de una campaña electoral, de firmar la Declaración de Lizarra. Cuatro días más tarde, el 16 de septiembre, llegaba el anuncio de una tregua indefinida por parte de ETA.Ninguno de esos partidos ha suscrito un documento o acuerdo con ETA que garantice su respuesta. Sin embargo, según fuentes cercanas al proceso, ETA dio su asentimiento y está decidida a mantener el silencio de las armas para facilitar la búsqueda de un consenso mayoritario entre las fuerzas nacionalistas, y otras abiertas a sus tesis, que permita alcanzar por la vía política los objetivos que perseguía con la violencia.

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Treviño y la Ley del Deporte

La dirección de ETA recibió el borrador de la Declaración de Lizarra y le dio su visto bueno

En este periodo el Parlamento vasco aprobó, con el apoyo de HB, una proposición para iniciar el proceso de integración de Treviño en el País Vasco, la Ley vasca del Deporte que abre una vía a la creación de selecciones exclusivamente vascas, y se rechazó que el Reglamento de la Cámara vasca impusiera el acatamiento de la Constitución a los parlamentarios.También los dirigentes de ETA conocieron previamente las líneas generales del contenido del documento consensuado entre PNV y HB. Éste fue cerrado el 3 de septiembre, sobre la base de un borrador de casi cuatro folios redactado por el burukide (dirigente) del PNV Juan María Ollora. A su vez, el texto de Ollora se inspiraba en las conclusiones extractadas de las dos reuniones anteriores que había mantenido el llamado Foro de Irlanda, promovido por HB. La redacción definitiva fue consensuada ese día en una larga reunión que ocupó toda la tarde a los seis negociadores habituales en las conversaciones del PNV y HB: Joseba Egibar, Juan María Ollora y Gorka Aguirre, por el partido de Arzalluz, y Arnaldo Otegi, Joseba Permach y el abogado Iñigo Iruin, por la coalición radical. Posteriormente, el texto fue trasladado a EA e Izquierda Unida.

El acuerdo escrito que PNV, EA, IU y HB acabarían firmando en Estella no llegó, sin embargo, a las manos de los jefes de ETA en su textualidad. No hubo tiempo material, aseguran quienes estuvieron en el secreto de su preparación, de hacérselo llegar con todas las garantías de seguridad y se consideró suficiente la conformidad previa dada a su generalidad.

Una persona no perteneciente a la Mesa Nacional de Herri Batasuna fue la encargada de mantener el contacto directo entre los partidos y organizaciones del Foro de Irlanda y la organización terrorista durante todo este verano. Este enlace fue quien hizo llegar a los responsables de su oficina política, encabezada por Mikel Albisu, Antza, el esquema del documento que partidos, sindicatos y organizaciones sociales debían firmar en Estella días después. La información permanente que recibió ETA durante este proceso previo se considera esencial como garantía del mantenimiento de la tregua. El respeto a lo que se había transmitido a la organización fue escrupuloso: de hecho, Egibar e Iruin lo hicieron pasar a la ratificación del resto de los firmantes con la advertencia de que era innegociable e inmodificable. El proceso de aprobación del documento por el resto de partidos se alargó hasta la víspera de su firma, en Estella, el 12 de septiembre.

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