_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Riqueza y nivel humano

Soy española y siempre me he sentido orgullosa de este país alegre, acogedor y que yo siempre consideré abierto y altamente hospitalario con los extranjeros. Sin embargo, hace algunos años se vino a vivir conmigo mi novio, brasileño, y desde entonces asisto impotente a numerosas escenas de racismo que se repiten día tras día y que soy incapaz de comprender.¿Acaso nos hemos olvidado de que España ha sido siempre un país de emigrantes? ¿Qué familia no tiene algún ser querido viviendo fuera? La memoria es flaca, y el resentimiento y la ignorancia, cada vez más fuertes. Quizás nos olvidamos de que trabajan en aquellos puestos que el español no quiere (por su dureza o por los bajos salarios), que contribuyen de este modo a generar una riqueza nacional que no comparten.

Los permisos de trabajo se cuentan con los dedos de la mano, las noches interminables haciendo cola a la puerta de la policía para coger hora para recoger el carnet de residencia se han convertido en rutina. Las malas caras en los comercios, el que no les den información en ningún sitio, el que les cobren enseguida en las cafeterías (¡no vaya a ser que se larguen sin pagar...!) o el que les pidan la documentación de malas maneras forma parte del día a día de un inmigrante en Madrid.

Estamos hablando de personas que han llegado a España con su documentación en regla, a veces con una fuente de ingresos, con un nivel cultural alto e incluso con una titulación superior... ¿Adónde hemos llegado? Escucho atónita que los famosos cupos de permisos de trabajo para extranjeros son sólo para tareas de limpieza doméstica y construcción. No importa si tienen estudios superiores, si son blancos o negros..., simplemente son inmigrantes y que den gracias de estar trabajando en algo...

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Yo he vivido en Brasil varios años y nunca he sentido rechazo por parte de nadie. En São Paulo, ciudad de 20 millones de habitantes, nunca he tenido que dormir en la calle ni madrugar para recoger mi tarjeta de residencia. No he tenido problemas para abrir una cuenta en el banco, para alquilar un piso o simplemente para recoger un traje de la tintorería que está a nombre de mi pareja. Es un pueblo hospitalario y abierto, como yo pensaba que era mi país. Hemos avanzado mucho en riqueza, pero muy poco a nivel humano.- . .

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_