_
_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Dignificar el transporte público

Con el comienzo de la nueva temporada futbolística, y como aficionado al fútbol que soy, me dirigía el sábado 26 del presente mes de septiembre al estadio Vicente Calderón, y siguiendo los consejos facilitados por las autoridades municipales decidí acudir a dicho estadio en un medio de transporte público, dejando el coche en casa.Entonces empezó el calvario: después de una espera de más de nueve minutos, según el reloj que marca el tiempo desde que pasó el último tren por la citada estación, resulta que dicho convoy es de los denominados "cortos". Eso significa que el personal que sube a dicho tren tiene irremediablemente que apretarse más al ser la oferta de espacio inferior a la normal (pues hay menos vagones), y la demanda de público, superior a la normal (debido a que se trata de una hora punta por el comienzo del citado partido).

Hasta aquí la primera parte de este calvario.

Una vez terminado el espectáculo deportivo comienza la segunda: los usuarios del metro nos dirigimos al mismo para volver a nuestros diferentes puntos de destino, encontrándonos con una nueva sorpresa: los andenes de la estación de Pirámides están a rebosar y hay un tren de los denominados "cortos" parado en dicha estación y lleno hasta los topes de sufridos usuarios, que recordaban las tristes imágenes de los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

Por lo cual nos vemos obligados a esperar pacientemente a que este tren arranque lo antes posible, deje libre la estación y permita la llegada de otro tren en el que podamos emprender nuestro ansiado regreso.

En unos minutos, por fin, vemos llegar nuestro tren, también "corto", como los demás. Nos subimos los que podemos, ubicándonos tal como sardinas en lata, y emprendemos el viaje por los túneles. Para nuestra sorpresa, nos encontramos con que vamos en una especie de tren turístico de túneles, ya que éste se va deteniendo dentro de los mismos; supongo que para que podamos admirar esta gran obra de ingeniería.

No habiendo acabado satisfecho de mis correrías por el suburbano madrileño, al día siguiente encuentro la excusa para acceder de nuevo al metro: la Vuelta Ciclista a España llega a Madrid y mis hijos quieren acercarse a la llegada en el paseo de la Castellana a ver pasar a sus ídolos y estar cerca de ellos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Aquí mi sorpresa, pues, de los tres transbordos que tengo que hacer, resulta que todos los trenes también son de los denominados "cortos".

¿No se podrían prevenir los acontecimientos a los que acuden un gran número de personas y, aun tratándose de un fin de semana, poner los trenes completos con menos cadencia de paso para dar un buen servicio a los usuarios, no sólo por comodidad, sino también por seguridad? La acumulación de tanto personal en los andenes es muy peligrosa.-

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_