Narros pone su buen oficio al servicio de una bella tragedia atribuida a Lope

El director de escena Miguel Narro ha aceptado una nueva propuesta de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) con la que ha puesto en pie La estrella de Sevilla, obra atribuida a Lope de Vega, aunque son numerosos los expertos y entendidos que dejan claro que en la escritura de este drama intervinieron otras manos ajenas a las del Fénix de los Ingenios.El montaje que hoy se estrena en el Teatro de la Comedia cuenta con escenografía de Gustavo Torner, música de José García Román e iluminación de Juan Gómez Cornejo, así como con la versión de Juan de Oleza, quien no duda en afirmar que ésta es la puesta en escena de un crimen de Estado que nos implica a todos: "Pero este conflicto no se agota ahí. Encontramos otras connotaciones que nos trasladan a debates que se desarrollan en la actualidad sobre los límites del poder, las relaciones entre política y ética, el conflicto entre el amor y el honor, entre el poder y la justicia, entre el rey y el mundo político", afirma Oleza sobre esta pieza, considerada como una de las más bellas tragedias del teatro clásico español.

Llevaba varias décadas sin ponerse en escena y ahora recupera una especial vigencia, de la que ya gozó en el siglo XIX. En cuanto al montaje de Narros, Oleza afirma que es uno de los más importantes de los últimos años: "Está lleno de precisión, inteligencia, sensibilidad y, por encima de todo, belleza", dice.

La estrella de Sevilla, que fue estrenada, con un importante éxito, el pasado verano en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, cuenta con un amplio e importante reparto encabezado por los actores Juan Ribó, Nuria Gallardo, Chema Muñoz, Helio Pedregal, Arturo Querejeta, entre otros.

Tanto Tomás Marco, director del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música, como Rafael Pérez Sierra, director de la CNTC, quienes hicieron de anfitriones en la presentación de este montaje en Madrid, destacaron la necesidad de que obras como ésta pasen a formar parte del repertorio habitual de nuestro teatro clásico.