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"Nosotros no hacemos experimentos"

Gerhard Schröder, de 54 años de edad, habla de los inicios de su etapa de canciller y del Gobierno rojiverde en la noche de su victoria electoral, el domingo 27 de septiembre.Pregunta. Como joven diputado sacudió usted la verja que rodeaba a la cancillería y gritó: "¡Quiero entrar ahí!" Ahora los electores le han abierto el camino con una declaración de confianza masiva en usted. ¿Cómo se siente usted en la noche del triunfo?

Respuesta. Pues se siente uno bien. Pero todavía no hay que dar rienda suelta al entusiasmo. También en parte porque sé naturalmente lo que esto significa y las responsabilidades que comporta.

P. ¿En la fase final de la campaña electoral, cuando parecía que Helmut Kohl se recuperaba con fuerza, tenía usted la impresión de que las cosas podían torcerse?

R. Eso sucede en cualquier elección. Y yo he participado en elecciones en las que no siempre he ganado. En una situación semejante se mezclan siempre las dudas y las esperanzas. En realidad, una cosa así hay que vivirla sólo cada cuatro años, porque si no podría ser excesivo.

P. Ahora es usted el canciller electo. ¿No siente un poco de miedo ante la tarea que tiene delante?

R. Sé lo que me espera. No tengo duda de que estaré a la altura de mis obligaciones. Pero confío en ser digno de las esperanzas, de las motivaciones, de la entrega y el apoyo que he experimentado en esta campaña.

P. No es usted un hombre experimentado en política exterior, pero dentro de tres meses será presidente del Consejo de la Unión Europea.

R. La política exterior es lo que menos preocupaciones me produce. En ese terreno se trata de intereses y de equilibrio de intereses. Justamente acabo de hablar por teléfono con el presidente francés, Jacques Chirac, a quien voy a ver muy pronto, junto con el primer ministro Lionel Jospin. Los retos principales están en la política interior, porque en ese campo se trata concretamente de los seres humanos en Alemania y sus esperanzas. Y no voy a desengañarles. P. Usted ha dedicado frases de simpatía a Helmut Kohl, cuya época está ligada a la unidad alemana y a Europa. ¿Con qué se asociará en su día al canciller Schröder?

R. Eso es algo que no puede decirse todavía. Pero se tratará en todo caso de una orientación muy volcada hacia la política interior y la política económica. Me he propuesto ocuparme de manera consecuente del mercado de trabajo y de las necesidades de formación de los jóvenes. En segundo lugar, de la reconstrucción del Este. Estaré presente allí en una medida tan grande que asombrará a muchos. Quiero mantener una relación muy estrecha con los gobiernos locales en torno a las resoluciones del Gobierno. Ni siquiera me echaré atrás ante la posibilidad de estar presente en las administraciones de distrito para sacar proyectos adelante.

P. ¿Podría enumerar de manera concreta tres puntos del programa que vaya a poner en marcha en los primeros 200 días de su mandato?

R. Hemos anunciado que vamos a corregir un par de errores. Y vamos a hacerlo. Esto afecta a la política sanitaria, las rentas, el mantenimiento del pago de los salarios de los parados. Pero lo decisivo es que vamos a poner en pie una alianza para el empleo. Durante toda la campaña electoral, Walter Riester ha llevado a cabo en absoluto silencio preparativos importantes con ese fin, tanto en conversaciones con la patronal como en encuentros con los sindicatos.

P. De entre las filas de los empresarios han surgido juicios muy duros contra usted en los últimos tiempos.

R. Al parecer, el señor Henkel no puede renunciar a las maniobras. Creo que a veces se deja dominar por su ego. Debería ajustarse a una orientación más objetiva. El hecho de que me visitara en la noche de las elecciones demuestra un creciente interés. Siempre he dicho que el nuevo Gobierno está dispuesto a hablar con todo el mundo. Pero no se nos puede extorsionar.

P. Según los resultados de las elecciones, la coalición rojiverde, con 21 escaños de ventajas, dispone de una clara mayoría. ¿Sería esa su coalición preferida?

R. Eso depende de si podemos ponernos de acuerdo en un programa común. Ese programa deberá inspirar confianza, sobre todo en lo que se refiere a la política exterior. Tenemos socios sin los que no podemos sobrevivir. En ese terreno no podemos hacer ningún experimento.

P. O sea, que cree que podrá ponerse de acuerdo con los Verdes en política interior...

R. Eso ya lo veremos. En todo caso, no nos será nada útil incrementar la burocratización de la economía. O sea, que determinados conceptos de los Verdes sobre cómo deben administrarse proyectos político-industriales añadiendo a los expedientes un expediente más y luego otro expediente, eso no es posible. Y es algo que Los Verdes deben comprender. Y tampoco puede haber experimentos en seguridad interior. Pero espero que entre Los Verdes se haya desarrollado la capacidad de comprensión, porque los resultados de las elecciones no han sido tan brillantes para ellos. Y creo que ellos saben por qué: justamente porque, en parte, lo que quieren choca con la realidad.

P. Aparentemente, Los Verdes quieren entrar en las negociaciones exigiendo cuatro ministerios y además estar representados en las carteras importantes. R. En eso tendrán que ir con tiento. Yo en ese aspecto aconsejaría no exagerar las exigencias. El SPD valorará la estabilidad en el terreno económico, en seguridad interior y en política exterior. En eso no habrá concesiones al compromiso. Por lo demás, Jürgen Trittin se ha manifestado ya como hombre de Estado, más de lo que muchos podían haber sospechado. P. ¿Pero descarta usted una gran coalición tras este resultado?

R. Siempre he dicho que existen estas dos posibilidades: o rojiverde sin los neocomunistas del PDS, o una gran coalición. Esas siguen siendo las dos opciones. El resto se debatirá en las negociaciones.

P. ¿Y sigue en pie el que el canciller Schröder no quiere depender del PDS? R. En el momento en que un Gobierno, por lo que se refiere a la formación de una mayoría, dependiera del PDS, sólo quedaría la gran coalición.

P. Sus llamados compañeros y competidores en el ascenso, Jost Stollman y Michael Naumann, ¿formarán también parte del Gobierno Schröder?

R. Estarán presentes.

P. ¿Le ha impresionado el discurso de despedida de Kohl?

R. Kohl ha pronunciado un discurso de despedida lleno de dignidad y por ello merece mi respeto. Si él está dispuesto a hacerlo, le rogaría también que nos ofrezca sus consejos. Es mucho lo que sabe sobre detalles de política exterior, y a mi no se me caen los anillos por formular un ruego como éste.

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