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Maragall ve muchas coincidencias entre el soberanismo de Pujol y el federalismo del PSC

Enric Company

"Electoralista", "falto de credibilidad", "huida hacia adelante", "brutalmente conservador". Éstas son algunas de las expresiones que resumen los primeros juicios de los líderes parlamentarios de los partidos de la oposición tras oír el discurso con que Jordi Pujol abrió el debate. Mucho más comedido fue, sin embargo, el candidato socialista a suceder a Pujol en la presidencia de la Generalitat, Pasqual Maragall. El ex alcalde subrayó que hay muchas coincidencias entre las reclamaciones soberanistas planteadas por Pujol para incrementar el autogobierno y las posiciones que él lleva tiempo defendiendo, que califica de federalistas. En particular, destacó que las propuestas en materia fiscal son muy parecidas.

Pasqual Maragall, que no es diputado autonómico, asistió a la primera parte del debate desde el palco de invitados. Juzgó positivamente la parte del discurso de Pujol dedicada a reclamar una interpretación de la Constitución en clave autonomista. "Yo he hablado de relectura federalista de la Constitución y veo que ahora Convergència viene a estas posiciones", dijo. Al margen de esa coincidencia, sin embargo, Maragall recriminó que Pujol pasara "de puntillas" sobre las cuestiones del gobierno diario. Que tras 18 años al frente del Ejecutivo catalán descubra ahora la importancia de la Carta Municipal de Barcelona o que hacen falta guarderías "es llegar un poco tarde", ironizó. Aunque finalmente lo haya descubierto, agregó, "los seis meses o el año que quedan de presidencia de Pujol no serán suficientes para hacer olvidar los 18 años de gobernar olvidando estas cuestiones". Maragall explicó que había visto un gran contraste entre el Pujol que habla "con fuerza" y con "pasión" a la hora de plantear las reclamaciones políticas de Cataluña y el Pujol que habla "con desgana" de las cuestiones cotidianas. Dijo que en las recientes jornadas sobre la transición española celebradas en Lisboa el presidente catalán mostró su mejor talla política, y deseó que "adopte más ese tono que tuvo en Lisboa que el de Arzalluz". Crítica a González A propósito de las jornadas de Lisboa, Maragall calificó de "expresión infeliz" la comparación formulada por el ex presidente Felipe González entre las reclamaciones de los nacionalistas vascos y catalanes, y el conflicto de los Balcanes. No fue el único desacierto, añadió enseguida. A título de ejemplo dijo que Santiago Carrillo manifestó su impresión de que, tal como va, este proceso lleva a una república federal. "Y no es así", sentenció Maragall. Los restantes partidos de la oposición coincidieron en considerar que el discurso de Pujol estaba pensado más como inicio de una precampaña electoral que para el debate sobre las prioridades del curso político. Josep Curto, del Partido Popular (PP), lo calificó de "un mitin sin claca" y criticó al máximo responsable de CDC que dos años después de haber firmado el pacto sobre financiación autonómica esté reivindicando continuamente un nuevo sistema de financiación. "¿Y la gestión, qué? ¿Y de los dos billones de déficit, qué?", preguntó recordando los tiempos en que el PP estaba en la oposición a los nacionalistas. Por su parte, Rafael Ribó, de Iniciativa per Catalunya (IC), reprochó a Pujol haber dedicado su discurso a dibujar "un escenario electoral sobre el eje Cataluña-España" con la finalidad de favorecer a los partidos "que se presentan como los defensores de esencias patrias". La realidad es, afirmó, "que mañana CiU y el PP van a votar juntos las resoluciones del debate". Ribó califico la intervención de Pujol como el "anuncio de final de etapa" y sostuvo que "la nueva etapa tendrá otros protagonistas". Los independentistas de Esquerra Republicana (ERC) descalificaron la intervención de Pujol afirmando por boca de su líder, Josep Lluís Carod-Rovira, que después de 18 años de gobernar, las reivindicaciones soberanistas que ahora asume el presidente de la Generalitat "carecen de credibilidad". Carod afirmó que la renovación en el discurso reivindicativo de Convergència "es una mala síntesis" de las propuestas de Esquerra Republicana, y por esta razón las calificó de "chorizada ideológica" Àngel Colom, líder del Partit per la Independència (PI), lamentó el tono "excesivamente autocomplaciente" adoptado por Pujol para referirse a la situación económica de Cataluña, pero juzgó "interesante" la idea de "momento constituyente". El presidente del Grupo Socialista, Joaquim Nadal, definió el discurso de Pujol como un ejemplo más de "la tendencia a las ideas difusas" que domina al presidente, ideas "que acaban "perdiéndose por las grietas de su gobierno", dijo. Maria Olivares y Fidel Lora, del Grupo Mixto, también criticaron a Pujol por "triunfalista" y "conservador".

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