Guillot pide a los "capitanes" del PSC que dejen de obstaculizar la alternativa a CiU
La propuesta de absorción de Iniciativa per Catalunya (IC) por el PSC lanzada por destacados dirigentes territoriales socialistas es "una provocación" destinada a "torpedear" las conversaciones en curso entre ambas fuerzas para articular una amplia alternativa progresista a CiU. Esta fue la contestación dada ayer a esa propuesta por Jordi Guillot, el responsable de relaciones políticas de IC. Guillot hizo un llamamiento a los capitanes del PSC para que no obstaculicen estas conversaciones con ideas "disparatadas" y les pidió que hagan un esfuerzo "positivo" para "no quedar fuera" de la conjunción de esfuerzos que está fraguando con vistas a las próximas elecciones autonómicas.
Una representación de Iniciativa y otra del Partit dels Socialistes (PSC) y Pasqual Maragall llevan a cabo en las últimas semanas unas discretas conversaciones para acercar posiciones y elaborar propuestas sobre la alternativa a Jordi Pujol. En estas conversaciones se abordan tres tipos de cuestiones: las relativas al programa, las propuestas de movilización social y el abanico de fórmulas electorales. Estos trabajos son fruto, explicó Guillot, de los contactos que, con voluntad de discreción, han mantenido Maragall, el primer secretario del PSC, Narcís Serra, y el presidente de IC, Rafael Ribó. Guillot calificó de "positiva" la marcha de este proceso. Sin embargo, añadió que ha llegado el punto en que se ha visto obligado a "expresar la alarma y preocupación" de IC por los "repetidos intentos" de algunos dirigentes socialistas de "obstaculizar" las conversaciones en curso. En las últimas semanas, especificó, algunos dirigentes intermedios socialistas "han intentado interferir negativamente en este proceso lanzando mensajes a través de la prensa" por lo menos en tres ocasiones. La propuesta de absorción es la última. La anterior fue la divulgación pública antes de hora de una de las variables sobre las que se trabaja como fórmula electoral, la posibilidad de crear una agrupación de electores. Esta es una eventualidad a la que estos dirigentes socialistas se oponen frontalmente. Hasta tal punto es obvia para IC la "voluntad obstruccionista" de algunos cuadros medios socialistas, dijo Guillot, que "empieza a inquietarnos si Serra y Maragall expresan realmente lo que su partido está dispuesto a hacer". La inquietud procede de que hay una gran diferencia, explicó, entre la voluntad política que expresan Serra y Maragall y sus representantes en las conversaciones con IC, por una parte, y "lo que dicen por la prensa los llamados capitanes", por otra. Los miedos del aparato La opinión que va ganando cuerpo entre los dirigentes de IC es que hay un importante sector del partido socialista que no confía en que una conjunción de fuerzas progresistas pueda ganar las próximas elecciones a Pujol y, en consecuencia, "se encierran en posiciones destinadas sobre todo a preservar al PSC como aparato" ante los cambios. "Aunque proclamen en voz alta que aceptan la propuesta de plataforma amplia lanzada por Maragall en julio", afirmó Guillot, "su actuación real consiste en ponerle palos en las ruedas para que no avance, o avance cuanto menos mejor". Este es el sentido que la dirección de IC ha dado a la propuesta de "fusión por absorción" formulada por los responsables provinciales del PSC de Girona, Lleida y Tarragona, Joaquim Nadal, Ramon Vilalta y Xavier Sabaté, respectivamente (véase EL PAÍS de ayer y la Tribuna de la página 4 de hoy). El aspecto más destacado de esta propuesta a los ojos de IC es, según explicó Guillot, que "su verdadero objetivo es degradar la imagen de IC para que haya perdido el máximo posible de su valor cuando llegue la hora de discutir fórmulas electorales". El responsable de relaciones políticas de IC explicó que resulta "bastante complicado" comprometerse en la promoción de una alternativa conjunta con un partido que tiene un sector que responde de esta forma. Pese a ello, afirmó: "Procuraremos no dejarnos atrapar por provocaciones de este tipo", que fácilmente podrían arrastrar a un episodio de enfrentamiento como tantos que jalonan la historia de ambas formaciones. Eso sería instalarse en una dinámica contraria a la que IC preconiza como premisa para levantar la alternativa progresista a Convergència i Unió (CiU) con vistas a las próximas elecciones autonómicas.
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