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Acuerdo sobre la nacionalización de un banco japonés en crisis

Tras semanas de arduas negociaciones, el partido gubernamental japonés y las principales fuerzas de oposición alcanzaron ayer un preacuerdo para nacionalizar un gran banco en apuros pero sin inyectar grandes cantidades de dinero público en el sistema financiero en crisis. El documento debería quedar formalizado en próximos días.El preacuerdo entre el Partido Liberal, que ostenta la mayoría parlamentaria, y la oposición del Partido Demócrata y la alianza Heiwa Kaikaku, despeja el camino para la aprobación en el Parlamento, el 7 de octubre, de las leyes para sanear el sistema financiero.

El primer ministro, Keizo Obuchi, alabó inmediatamente el acuerdo y prometió seguir dando pasos para sacar a Japón de su peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial. "La economía nunca se recuperará sin un sistema financiero estable", afirmó. "Vamos, por tanto, primero a estabilizar el sistema financiero y después atacaremos los demás asuntos".

El Long Term Credit Bank of Japan, la primera de las entidades de crédito niponas que necesitan apoyo público, sera nacionalizado temporalmente. El objetivo a medio plazo es que este banco sea absorbido por otro, que podría ser el Sumitomo Trust.

La oposición ha peleado con fuerza para evitar que el dinero público se utilice para reflotar a los bancos en aprietos. Consideraba que estas entidades debían pagar por sus errores. Ha conseguido en parte sus objetivos con la supresión de un fondo de 140.000 millones de pesetas que debía servir para recapitalizar a los bancos en aprietos pero capaces de salir adelante con una ayuda. La desaparición de este fondo preocupará, probablemente, a algunos socios de Japón, empezando por EE UU, que abogan por la utilización de dinero público para sanear el sistema.

Responsables

El único contencioso que subsiste aún entre el Gobierno y sus adversarios es el papel del poderoso Ministerio de Finanzas al que la oposición quiere despojar de parte de sus atribuciones porque le considera responsable de la catastrófica situación que atraviesa el sector bancario.El acuerdo parecía prácticamente cerrado la semana pasada pero surgieron divergencias de interpretación que han obligado a celebrar negociaciones maratonianas, prolongadas hasta ayer. Estas incertidumbres sobre un texto considerado crucial para sacar a Japón del atolladero desestabilizaron esta semana a los mercados financieros. La Bolsa de Tokio cerró el viernes a la baja y alcanzó uno de los niveles más bajos desde hace doce años.

A pesar del compromiso logrado, la debilidad de la economía japonesa y las previsiones negativas de beneficios de las principales empresas exportadoras incitan a predecir una semana bursátil llena de incertidumbres. Empresas como Nikon y Sharp fueron las últimas, el viernes, en rebajar su estimación de beneficios.

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