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UGT pide que Hacienda intervenga el restaurante del casino Costa Blanca

Con la teoría de que un casino de juego no puede funcionar sin los servicios de bar y restaurante, imprescindibles para completar una jornada de ocio, la Federación de trabajadores y empleados del sector servicios de UGT en La Marina Baixa pidió ayer al consejero de Hacienda, José Luis Olivas, que amplíe el campo de la intervención oficial a los ingresos que diariamente registran las cajas de esas instalaciones, a su entender afectadas por una "pésima" gestión.

Tras varios meses de problemas diversos en la percepción de los sueldos, Tomás Hernández, secretario general de la federación de Servicios de UGT, informó ayer de situaciones "anómalas" y que pueden afectar al puesto de trabajo de 30 personas que llevan al sindicato a solicitar al Consell una mayor firmeza en su labor de intervención del Casino. Acompañado por Jesús Navarro, integrante del Comité de Empresa, Hernández denunció la forma que el actual propietario de las instalaciones, el empresario de origen francés Roch Tabarot, ha ideado para abonar las mensualidades de los trabajadores del bar y el restaurante, que consiste en satisfacer las nóminas mediante cheques sin fondos que rescata y hace efectivos pasados entre 10 y 15 días, cuando la presión de los empleados ante el jefe de Personal se endurece. Eso al menos fue lo que pasó con las nóminas de julio y agosto. "Los cheques al portador o nominativos no tenían fondos, y la empresa los recuperó posteriormente y los hizo efectivos", aseguró Hernández. La sociedad mercantil que regenta los servicios de bar y restaurante es Hocoba SA, con diferente registro a la propietaria de la sala de juego aunque con idéntica composición en su Consejo de Administración. El retraso en el cobro ha generado "malestar e incertidumbre" en la plantilla, sentimientos agudizados tras el despido de tres trabajadores "sin motivo aparente", según el sindicato. Los empleados no entienden por qué los servicios que prestan no están sujetos a la intervención que decretó Hacienda para garantizar el mantenimiento de los puestos de trabajo del casino y el pago de tributos pendientes. "El negocio funciona porque tiene clientes, pero lo que no puede ser es servir menús a 3.000 pesetas y al mismo tiempo contratar atracciones caras para hacer más atractivo el restaurante", señalaron los sindicalistas, que califican de "nefasta" la gestión ante el crecimiento "imparable" de la deuda. Los trabajadores y UGT apuestan por una solución negociada al conflicto.

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