ERC y el PI acusan a CiU de "abandonar el frente" de los partidarios de la autodeterminación

Las posiciones abandonadas el miércoles por Convergència i Unió (CiU) fueron rápidamente ocupadas ayer por las formaciones nacionalistas menores que compiten con ella, Esquerra Republicana (ERC) y el Partit per la Independència (PI). Allí donde Xavier Trias dijo en nombre del Gobierno catalán que lo que Cataluña necesita "no tiene nada que ver con ninguna tregua", Josep Lluís Carod, secretario general de ERC, y Àngel Colom, presidente del PI, dijeron ayer que la tregua de ETA debe culminar en la reforma de la Constitución y el ejercicio de la autodeterminación también para Cataluña. Joan Puigcercós, diputado de ERC, acusó a CiU de "abandonar el frente" de los partidos nacionalistas.

Los dirigentes de ERC y el PI no dejaron pasar 24 horas sin criticar duramente el cambio de posición de CiU. Carod lo hizo ayer desde Bilbao, donde se entrevistó con el presidente de Eusko Alkartasuna, Carlos Garaikoetxea. Tras la reunión de trabajo en la que analizaron la situación política, Carod reiteró que su partido se mantiene en la convicción de que la tregua de ETA abre en el País Vasco, y en toda España, una situación que debe abocar a "la adecuación del marco institucional vigente a la realidad plurinacional del Estado español". Los republicanos hablan de la situación actual como la oportunidad para "una segunda transición", en la que aspiran a que prosperen las posiciones de los nacionalistas minoritarios que no fueron incorporadas durante la elaboración de la Constitución de 1978. La idea de que la tregua de ETA abre una situación en la que Cataluña puede obtener la modificación de su situación en España obteniendo algún tipo de soberanía propia fue defendida también por muchos dirigentes de CiU en el primer momento. Pero estas primeras impresiones de los nacionalistas recibieron el miércoles un jarro de agua fría cuando el consejero Trias dejó claro en nombre del Gobierno de Jordi Pujol que las reivindicaciones catalanas no deben mezclarse para nada con el proceso para la erradicación del terrorismo en Euskadi. Proceso constituyente Refiriéndose a esta toma de posición del Gobierno de CiU, Carod expresó ayer en Bilbao su temor de que, "como en 1978, Cataluña no disponga de una clase dirigente a la altura de las circunstancias" y de que, "ahora como entonces", Euskadi sepa mejorar su situación en mayor medida que Cataluña. Uno de los vicesecretarios generales de ERC, Joan Puigcercós, afirmó también que CiU "no está a la altura de la situación" al no comprender que se abre "una oportunidad" para Cataluña. El cambio de posición expuesto por Trias es, añadió, "la escenificación de la retirada de CiU del frente que se está configurando para la reforma de la Constitución y el reconocimiento del derecho a la autodeterminación". Puigcercós dio por sentado que la tregua de ETA abrirá una negociación sobre el modelo de Estado y acusó a CiU de querer "que perdamos este nuevo tren". Añadió que ERC hará todos los esfuerzos posibles para que Cataluña "no quede descolgada de este nuevo proceso constituyente". Tras la visita que Carod hizo ayer a sus aliados vascos de Eusko Alkartasuna, se anunció el viaje a Euskadi de una delegación del PI encabezada por Àngel Colom para entrevistarse con una representación de Herri Batasuna (HB). El objetivo es el mismo: conocer de cerca la situación vasca según las explicaciones de las fuerzas afines. La idea de Colom es que la nueva coyuntura política ha abierto de hecho el debate que ha de culminar en la reforma de la Constitución y "la apuesta por un nuevo modelo de Estado". El resultado de este proceso debiera ser, afirmó el líder independentista, "la superación del Estado de las Autonomías". Como Carod, Colom opinó que se trata de "una oportunidad de la que Cataluña no puede quedar al margen". Colom criticó que HB haya sido rechazada de las conversaciones abiertas entre los partidos para consolidar la situación de tregua. El presidente del PI añadió: "Las trabas que el PP y el PSOE ponen al diálogo con HB dan toda la impresión de una nula voluntad de resolver el conflicto vasco".