_
_
_
_
_

Rumbo a la federación

Si los personajes de la serie televisiva y saga cinematográfica Star Trek viven sus aventuras en el marco de una federación galáctica, que actúa como una especie de ONU a nivel interplanetario, lo lógico sería que las asociaciones de seguidores de este universo de ciencia ficción también caminaran rumbo a una federación. Este es uno de los principales objetivos con los que hoy comienza, en el Colegio Mayor Universitario de Alicante, Spatrek 98, el primer congreso nacional de Star Trek. Organizado por el Club Star Trek Alicante, que tiene su sede en la Universidad, y por el Club Star Trek Sureste, de Cartagena, el encuentro espera reunir hasta el sábado a un centenar de trekkies -como se conoce a los seguidores de la serie-. Hasta el sábado, debatirán múltiples aspectos relacionados con la serie, participarán en juegos de rol y podrán ver en vídeo capítulos y películas. Durante Spatrek 98 se realizará la sesión constitutiva de la Federación de Asociaciones de Star Trek. De consolidarse la idea, esta red englobaría ocho asociaciones -unos 300 miembros- y se ocuparía de la organización del próximo Spatrek. Las ventajas de coordinar las actividades de los diversos clubes que actúan en España son muchas, según el presidente de la asociación alicantina, Rubén Ballester. La principal, la capacidad de presionar a las cadenas de televisión para que se decidan a emitir una serie que en España, cuando no ha sido condenada al ostracismo, ha sido relegada a horarios de mínima audiencia. Star Trek nació del ingenio del norteamericano Gene Roddenberry, que presentó la idea a los ejecutivos de la compañía Paramount Pictures en 1966. Desde el principio, no respondió a los patrones de la ciencia ficción de consumo masivo. De hecho, el primer episodio piloto fue rechazado por la Paramount con un esperanzador argumento: "Demasiado cerebral". El segundo intento tuvo más éxito, y la serie se emitió en horario de máxima audiencia. Cuando, tras su segunda temporada, los bajos índices de seguimiento de la serie llevaron a los ejecutivos a anunciar su cancelación, se descubrió que en torno a ella se había generado un anillo de seguidores reducido, aunque belicoso. Estos primeros trekkies inundaron de cartas los despachos de Paramount y forraron los coches de los directivos con pegatinas con el mensaje: "Star Trek vive". Estas acciones permitieron que la serie se emitiera una temporada más. La primera película de una saga de ocho llegó en 1979. La serie siempre ha marcado la diferencia en sus contenidos. Roddenberry, muy utópico, imaginaba un futuro de planetas en paz en el que no existen ni el hambre ni la pobreza y la Federación vela por que todo siga así. Frente a las tendencias bélicas imperantes en el género, la tripulación de la nave Enterprise opta siempre por la diplomacia para dirimir los conflictos. La serie aprovecha también su ambientación en el futuro para realizar parábolas de problemas del presente. Otro de los méritos de la serie es su ayuda a romper barreras raciales. En uno de sus episodios fue donde se vio por primera un beso entre el blanco capitán Kirk y la negra Uhura. Quizá sea este trasfondo social una de sus principales bazas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_