El juez tiene indicios de que Maeso se inyectó con jeringas de pacientes
El magistrado que investiga el brote de hepatitis C detectado en dos hospitales de Valencia asegura que "existen indicios" de que Juan Maeso, el médico imputado por el masivo contagio, se inyectó droga con las jeringas que utilizaba para anestesiar a sus pacientes. El juez así lo apunta en un auto por el que obliga al facultativo a someterse a varias pruebas que aclaren si Maeso es adicto a los opiáceos tal como sugieren algunas pesquisas policiales.
El instructor del caso, José Manuel Ortega, cree que el anestesista, portador del virus de la hepatitis C, pudo contagiar esta enfermedad a decenas de sus pacientes tras el "consumo por parte del mismo, con ocasión de las intervenciones quirúrgicas, de productos tóxicos o estupefacientes de los utilizados con ocasión de las mismas".En definitiva, el juez sostiene la hipótesis de que el médico se inyectaba parte de los opiáceos destinados a anestesiar a sus pacientes, y que lo hacía con las mismas jeringuillas.. "Dicho consumo" -apunta Ortega- "permitiría explicar la existencia de contacto percutáneo entre el anestesista y el paciente y el subsiguiente contagio".
Con el objetivo de confirmar o desechar esta teoría, el juez ha decidido que Maeso se someta a dos pruebas: una "exploración física" para determinar si consumió "sustancias estupefacientes" durante el periodo en el que se produjeron los contagios, y el "análisis" de una muestra de sus cabellos que contribuya a aclarar "qué tipo de productos consumió"; y "si es o ha sido consumidor de tóxicos o estupefacientes". La abogada del facultativo ha anunciado que recurrirá la decisión del juez.
Maeso está directamente relacionado, según los primeros estudios epidemiológicos de la Consejería de Sanidad, con al menos 106 casos de contagio. No obstante, el ex jefe de servicio de anestesia del hospital La Fe - el centro sanitario público más grande de la Comunidad Valenciana- ha negado reiteradamente la comisión de cualquier irregularidad.
Así lo hizo en su única comparecencia ante el juez, cuando el anestesista negó que hubiera sido expedientado en su anterior lugar de trabajo -el Hospital Militar de Mislata (Valencia)-, insistió en que nunca había consumido estupefaciente alguno y explicó que siempre anestesiaba a sus pacientes en presencia del personal sanitario.
Versión falsa de Maeso
El magistrado defiende ahora en su auto que varias diligencias judiciales "permiten sospechar fundadamente que su versión exculpatoria es, cuanto menos en lo relativo a dichos particulares, total o parcialmente incierta y dirigida a ocultar una conducta o comportamiento profesional irregular".Ortega describe las siete pruebas que permiten dudar de Maeso, cuya condición de imputado le exculpa, e incluso le faculta, para mentir durante el proceso. En cualquier caso, el magistrado creee que existe "una asociación positiva significativa entre haber sido anestesiado por Juan Maeso y la utilización de dosis de opiáceos más elevadas", tesis avalada por los testimonios de varias enfermeras y la investigación seguida en el Hospital Militar. Allí, un informe determinó que el anestesista hizo "un uso excesivo e inapropiado de un tóxico opiáceo", la dolantina.
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