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El alto el fuego trastoca los planes de la campaña del 25-O

Pedro Gorospe

Los resultados de las elecciones vascas del próximo 25 de octubre vuelven a ser una incógnita. Los sondeos venían dibujando un escenario de estancamiento del nacionalismo y de avance de los partidos de ámbito estatal, como el PP y el PSE -ayer mismo se difundía un Euskobarómetro que situaba a quienes dicen sentirse no nacionalistas tres puntos por delante de los que se sienten nacionalistas-, pero el anuncio de la tregua de ETA y los movimientos políticos que la han precedido introducen una importante variante. El PNV, tras su arriesgada apuesta de diálogo con HB, ha pasado de ser blanco de críticas a árbitro respetado, frente a un PP que empujaba con su discurso de firmeza contra ETA.

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Aunque serán las urnas las que decidan, nadie duda ya de que ETA ha hecho política en favor de HB y su nueva marca electoral Euskal Herritarrok, frenando su creciente deslegitimación con ayuda del nacionalismo moderado. Tanto ETA como HB habían iniciado una cuesta abajo hasta hace apenas cuatro días, que electoralmente les iba a pasar factura, y posiblemente podía arrastrar también al PNV. De ahí que a numerosos observadores les surja la duda sobre si la tregua es fruto de una reflexión de los terroristas en clave de búsqueda de una salida a su laberinto o incluye un componente electoral.Para el catedrático de Sociología de la Universidad de Deusto José Ignacio Ruiz de Olabuenaga, que acaba de presentar un estudio sobre el comportamiento electoral en Euskadi, con la tregua "ETA y HB sólo han parado el golpe". A su juicio, el principal beneficiario electoral del alto el fuego puede ser el PNV. "El PP y el PSE deberían salir a la palestra con una fórmula nueva y creativa", declaró ayer. Desde luego, la tregua ha cambiado el eje de la campaña electoral, y cabe el riesgo de que el debate vaya a verse totalmente mediatizado por lo que cada partido esté dispuesto a hacer ahora, tanto en lo que se refiere a los pasos necesarios para consolidar y hacer irreversible el alto el fuego de ETA como ante el escenario que se dibuja con el acercamiento de las formaciones nacionalistas plasmado en la Declaración de Lizarra.

De este modo, algunos observadores consideran que la campaña va a centrarse más en pronunciarse sobre el proceso casi constituyente que se dibuja en el acuerdo entre las fuerzas nacionalistas, que en presentar y debatir qué modelo de gestión ofrecen. El caso es que, en cuestión de imagen, el PNV ha saltado de la mitad de la tabla a los puestos de cabeza gracias al anuncio de tregua de ETA. El PNV, que anunció que el plan de paz del lehendakari Ardanza sería la base de su programa electoral en materia de pacificación, está obligado ahora a revisarlo para recoger el nuevo espíritu que los nacionalistas suscribieron en Estella el día 12.

La firmeza del PP

Pero la principal modificación está en manos del PP. La tregua de ETA ha dejado descolocado el discurso de firmeza de los populares, que apenas a tres semanas de la campaña electoral han comprobado que el nuevo escenario requiere un nuevo discurso para el que no estaban preparados. Las expectativas de crecimiento de los populares vascos se basaban hasta ahora en el propio impulso del PP en toda España y en el acompasamiento al mensaje de firmeza emanado desde el Ministerio de Interior, desde su papel de destinatarios preferentes de la violencia etarra. Ahora tendrán que modular su discurso al nuevo guión que ha comenzado a pergeñar su Gobierno.En una situación similar se encuentran los socialistas, que quedaron en tierra de nadie cuando el PP rechazó el plan Ardanza y los nacionalistas e IU se lanzaron a explorar el diálogo con HB. El PSOE, anticipándose a la tregua, proponía recientemente a José María Aznar un plan para tomar la iniciativa frente a ETA, y ahora quiere coadyuvar a buscar una salida junto al PP. Pero simultáneamente, ya han puesto la maquinaria guipuzcoana a trabajar. Un portavoz del PSE descartaba ayer que la tregua vaya a afectar negativamente. "Hay una tendencia social que la paz no va a frenar. En todo caso, la va a acentuar". Precisamente ayer el PSE-EE presentó ayer en Bilbao sus candidaturas para las elecciones del 25-O, que encabezarán en Vizcaya el secretario general y aspirante a a lehendakari, Nicolás Redondo Terreros, y la ex consejera de Comercio Rosa Díez. En Guipúzcoa, el secretario general en esa provincia, Manuel Huertas, abre la lista, seguido de Jesús Eguiguren. Por Álava, la encabezan el ex consejero de Educación Fernando Buesa y Carmen Asiain.

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Quien se ha adelantado a todo ese proceso es HB. Con la anterior Mesa Nacional encarcelada, el diario Egin cerrado, y una fuerte presión policial y judicial contra ETA y su brazo político, la nueva plataforma electoral EH sólo es concebible como un recurso para recuperar el crédito perdido. Además, en un escenario de estancamiento consolidado del nacionalismo desde 1990, HB ya no servía como masa social legitimadora del uso de la violencia.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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